Por Alejandro Aguirre Guerrero

 

 

Después de su Asamblea Nacional del pasado sábado, el PRI hizo la “puerta más ancha” para elegir su candidato rumbo a la Presidencia de la República. Se removió el “candado” que impedía a los no militantes del partido postularse por la “grande”. Ahora no sólo un priista tendrá opciones, también los simpatizantes.

 

Muchos dicen que los más beneficiados con la eliminación del “gran obstáculo” fueron José Antonio Meade y Aurelio Nuño. Cierto es que el hoy Secretario de Hacienda ya es elegible para candidato, así como cualquier simpatizante con buena “cargada” de las organizaciones tricolores.

 

Llegaron a bautizarlo como el “candado Meade”, incluso hay muchas voces que observar una dedicatoria especial en la Asamblea del sábado anterior. Varios compañeros analistas consideran que el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, perdió terreno, y que el de Hacienda se enfila a la candidatura. No lo veo definido así.

 

Considero que a pesar de la apertura que autorizó el PRI hacia sus simpatizantes, la designación del candidato para el 2018 vendrá al mero estilo tricolor: por designación presidencial. En esta ocasión, a diferencia de los últimos dos sexenios, el PRI tiene al que manda en Los Pinos, y él, con dos o tres más de su estrecha confianza, señalarán al afortunado.

 

No estoy afirmando que la Asamblea tricolor fuera pantomima o estuviera de sobra, no, pues se aprobaron más temas relevantes, como la asignación de 30% de las candidaturas para menores de 35 años, entre otros asuntos, sin embargo, el nombre del candidato saldrá de la boca de Peña Nieto.

 

En Veracruz, después de presidir la Mesa en Toluca, y siendo estrecho amigo de Meade, el Senador José Yunes Zorrilla se adelanta en la lucha por la candidatura para Gobernador. Como ya lo he escrito en esta misma columna, su encomienda no sería necesariamente ganar, sino aportar, cuando menos, un millón de votos para la Presidencial.

 

Creo firmemente, por lo que he visto y platicado con diversas figuras del priismo nacional, que el candidato saldrá de entre Osorio Chong y Meade Kuribeña. El deseo de Peña Nieto descansa en su amigo, Aurelio Nuño, sin embargo, sabe que al final del día no le alcanzaría para competir con AMLO o el Frente Amplio Opositor.

 

De acuerdo a una charla que sostuve con el Presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, aún faltan varios meses para designar al candidato presidencial: enero del 2018. Pueden pasar muchas cosas y dejar de ocurrir otras. La guerra es contra AMLO, y la encomienda, no dejarlo llegar a Los Pinos.

 

 

alejandroaguirre77@gmail.com