“No culpar a los deportistas” de Tokio 2020, dice el presidente López Obrador, aunque en realidad no se escuchan en México voces de reprensión en contra de quienes fueron a competir en esa justa deportiva mundial, acompañados con su entusiasmo y vigoroso espíritu de competencia, confiados en sus respectivas capacidades y habilidades físicas.

Quienes están familiarizados con el mundo del deporte amateur podrán dictar el diagnóstico acertado sobre el porqué de la pírrica ganancia de medallas (cuatro de bronce, cuando en la anterior olimpiada en 2016 se consiguieron cinco: tres de plata y dos de bronce, y en 2012, en radical contraste, ganamos ocho medallas, una de oro, tres de plata y cuatro de bronce), un dramático retroceso.

Ese inventario demuestra que contamos con el recurso humano necesario para competir, entonces ¿qué sucedió? El presidente los recibirá y entregará reconocimientos, qué bien porque lo merecen. Pero, lo importante será escucharlos, conocer su opinión sobre lo que se requiere y hace falta en la organización del deporte en México, para competir para ganar, no solo para participar.