Por Alfredo Bielma Villanueva

 

Ricardo Monreal se ha forjado en la brega de la política a la mexicana, pudiera afirmarse que no es un político cualquiera, pero encuadra dentro de quienes aprovechan a la perfección las circunstancias para ascender de escalón, en política no hay hombre sin hombre, decía un refrán muy socorrido en el siglo pasado. Monreal ha escalado peldaños utilizando el andamiaje partidista existente en el país, de su partido original, el PRI, emigró al PRD, de allí brincó al PT en breve escala porque después fue a Movimiento Ciudadano más breve aún porque de allí aportó lo suyo para coadyuvar en la formación de Morena, con López Obrador.

Por su destacada trayectoria a Ricardo Monreal no es dificultoso seguirle los pasos, y su protagonismo permite sin afanes agoreros diagnosticar sus movimientos; desde inicio del año en curso le hemos dado seguimiento porque en su posición estratégica en el enclave morenista cualquiera que sea su movimiento impacta a ese partido directamente en la Ciudad de México con efectos colaterales.

Porque Monreal es un político atento siempre a la próxima elección, desde inicios del año en curso no pocos le supusimos tamaños para competir por el gobierno de la Ciudad de México y el seguimiento consta en el sitio de internet sociedadtrespuntocero.com. El 15 de enero escribimos: “Para demostrar que el cuento de la democracia tiene muchos detractores, en el Partido Revolucionario Institucional ha habido militantes de cúpula que emigraron a otros partidos inconformes porque no se les concedió la candidatura deseada, Ricardo Monreal, Andrés Manuel López Obrador, Arturo Núñez, Jaime Rodríguez, Ángel Aguirre, entre otros muchos ejemplifican ese fenómeno de trapecismo partidista….El 12 de mayo: Los actuales son tiempos de inflexión política, de acomodar proyectos e intereses políticos junto al propósito de retener u obtener el poder; así debe interpretarse ese guiño entre Miguel Ángel Mancera, gobernante de la Ciudad de México, y Ricardo Monreal, Delegado de Cuauhtémoc y aspirante a suceder a Mancera por Morena (…) Estos movimientos de los actores políticos irán tomando forma, porque son parte de un proyecto cuyo propósito radica en cerrarle el paso a una propuesta “populista”. Monreal es polifacético y versátil, susceptible de acomodarse al proyecto que beneficie sus aspiraciones. La serpiente política comienza a desdoblarse”.

El 16 de junio: “¿Qué camino tomará Monreal si no es preferido como candidato al gobierno de la Ciudad de México y va Claudia Sheinbaum por Morena? Mancera y el PRD permanecen atentos porque esa decisión es clave para la sucesión política en la Ciudad de México. El 21 de junio: Ricardo Monreal “Quiere ser candidato al gobierno de la Ciudad más grande de México, pero asegura que si López Obrador le dice que no, él se disciplinará a pesar que lo buscan otras siglas. Al parecer el Peje se inclinará por Claudia Sheinbaum, la apuesta es sobre si Monreal se disciplinará o no”.

El 2 de julio: “El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) no pudo hacerse del gobierno del Estado de México, un triunfo que casi hubiera predefinido los términos de la elección presidencial de 2018  llevando en Caballo de Hacienda a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México; no fue así y la estrategia sufrió alteraciones. Ahora, debe evitar que la candidatura al gobierno de la Ciudad de México no provoque divisiones internas entre sus filas. La delegada de Tlalpan, Claudia Sheinbaum, respaldada por los delegados de Tláhuac, Xochimilco y Azcapotzalco, busca esa jefatura de gobierno, y, se afirma, es la favorita de López Obrador, pero tiene enfrente a Ricardo Monreal, Delegado en Cuauhtémoc, quien, aunque ha asegurado su disciplina partidaria, provoca escozores por su reconocida tendencia a que cuando pierde, arrebata”.

El 14 de agosto: “…Claudia Scheinbaum, Martí Batres junto con Monreal son la trilogía aspirante, los tres aseguran que López Obrador no interviene en el proceso, es probable que quien resulte candidato gane la elección, independientemente de si Morena se fortalece o sufre divisiones a consecuencia de ese proceso de selección. El 25 de agosto: “Es Claudia Sheinbaum. El humo blanco de Morena disipó las dudas y demostró, una vez más, el férreo control de López Obrador sobre esa organización política; sus estrategias coadyuvaron a una salida tersa de ese trance destapador: “realizar” una encuesta para atribuirle la causa de la decisión, incluir en la contienda previa a Mario Delgado para diluir la presión de Monreal y de esa manera hacer el anuncio junto con Martí Batres de la delantera de la delegada en Tlalpan, Claudia Sheinbaum, a quien la percepción política señalaba como la preferida de López Obrador. Obviamente, Monreal tampoco se traga el cuento de la encuesta pero o solo hace puchero consciente de la corriente popular a favor de Morena, o decide emigrar hacia otra sigla partidista, pero ¿cuál, si ya transitó por el PRI, por el PRD, por Movimiento Ciudadano, por el PT y ahora Morena? Parece que no tiene de otra”.

El 26 del presente mes: “… será interesante conocer la reacción de Ricardo Monreal ¿se va o se queda en Morena? En realidad, esta experiencia debiera servir de indicador a los estrategas de Morena para evaluar el método de encuestas fingidas para santificar el “dedazo”, porque las reacciones en contrario de los no favorecidos pudieran causar revuelo; más aún porque sobran políticos que buscan el poder por el poder y están en Morena porque lo ven vía expedita hacia esa meta. Pero entonces Morena se debilitaría sensiblemente dando al traste con las aspiraciones de López Obrador que, por otro lado, ha dejado muestras de ser efectivo en el lanzamiento del bumerang”.

El 29 de agosto: “La Política es ciencia social, una actividad del hombre cuyo impacto en la sociedad es de relevancia y trasciende al tiempo de sus hechos; cumple con los requisitos de investigación, observación, experimentación y comprobación. Pero también es arte, porque es innegable que el político, el sujeto de la acción, tiene, o debe tener, entre sus principales características capacidad histriónica, ya para el fingimiento, ya para modular la voz en el discurso y adoptar la pose adecuada, ya para afirmar en tono grandilocuente las razones de su actuación. Puestos a ejemplificar, el mejor referente se encuentra en la reacción de Ricardo Monreal después de no ser designado candidato de Morena al gobierno de la Ciudad de México; dando por descontado que si fuera el agraciado alegaría lo contrario de lo que ahora dice, a través de un video reclama una decisión que considera amañada y se supone en un trance doloroso de su vida. Sabe de lo irrevocable de la elección, pero prepara su salida de Morena, porque aunque deseara quedarse no ignora que la voluntad todopoderosa en ese partido no querrá lidiar con un Caballo de Troya”.

Y ahora, 30 de agosto: “Monreal ya es predecible. Conociendo la trayectoria política de Ricardo Monreal no resulta complicado predecir su siguiente jugada, después de no obtener la candidatura de Morena al gobierno de la Ciudad de México; la predicción deriva del trasiego partidista de Monreal: PRI, PRD, PT, MC y Morena, es pluripartidista de largo aliento, aunque no cree “mucho” en los partidos políticos, están “muy erosionados” y carecen de credibilidad, dice. Ya lo buscaron el PES, MC y “algunos” del PRD, dice Monreal, lo que invita a pensar que espera al PAN para una gran alianza contra Morena en la Ciudad de México; o bien, utilizar esa sinergia e ir como Independiente. Ya veremos, pero está claro que López Obrador no le pegó a un tullido político”.

 

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