Atorada en su circunstancia de precandidata presidencial, la Jefa de Gobierno de la CDMX sale al quite en el diferendo creado por el presidente respecto a la UNAM a la cual califica de neoliberal y egoísta; sintiéndose obligada a solidarizarse con su jefe, promotor y padrino político, Claudia Sheinbaum se suma al reclamo de López Obrador a la UNAM, pero lo hace con rodeos y no esgrime el mismo argumento, no podría hacerlo porque su formación profesional lo impide, no acostumbrada al halago de ocasión, formada en el método de la investigación la observación, la comprobación y la repetición se le complica la expresión de la retórica política.
De allí su rodeo: “La Universidad debe estar al servicio del pueblo”, dice en generalizadora expresión sin explicar a qué se refiere, pues, la UNAM siempre ha sido la más nutrida de las expresiones populares, recinto donde se cultiva la esencia de todos los tiempos.
Claudia aborda el tema de los esquemas de evaluación individual “que ha evitado mayor trabajo colectivo”; de la diferencia de sueldo entre los profesores, y desea “que también los estudiantes sepan que están asistiendo a una universidad pública, prácticamente gratuita gracias a muchos movimientos que evitaron su privatización y gracias al pueblo de México que paga esta Universidad Nacional”.
Tal es la actitud solidaria de Claudia Sheinbaum para ponerse al lado del presidente, por ahora no le queda de otra, son gajes de su nuevo oficio.