“Ya éramos muchos cuando parió la abuela”, es un dicho popular utilizado para expresar cuán difícil están las cosas y los pesares aumentan sin cesar. “Bien venido mal si vienes solo”, es otra sabia reflexión popular, esta fue referida por Cervantes en El Quijote, cuando el “Caballero de la Triste Figura” expresa a Sancho que a un pesar se agrega otro.
Tal pareciera ser la némesis de Veracruz, una entidad presumida por cuanto político obtiene la oportunidad de “gobernarla” al compararla en ignorante parangón con países del tercer mundo centroamericano. La reflexión deviene al observar la terrible secuencia de “gobernantes” de esta entidad durante el curso del siglo XXI ¿qué hicimos mal los veracruzanos para merecer las dramáticas circunstancias político-sociales y económicas en que actualmente nos debatimos? Hacemos fila entre los estados más pobres de México, figuramos en primeros lugares en enfermedades y en índices delincuenciales, el campo yace en penumbras, en economía se propaga el desempleo, y para colmo, cuando se abate sobre nuestro horizonte social la sombra de una pandemia sanitaria el edificio del CECAN (una otrora orgullosa muestra de nuestros avances en la lucha contra el Cáncer), se cimbra y queda eventualmente fuera de servicio.
Es agosto, ¿Cuánto tiempo llevará el peritaje y la corrección de posibles daños estructurales? No es pregunta ociosa, porque el Cáncer es enfermedad intranquila, no espera, simplemente fulmina cuando no se le atiende.