No suena muy convincente la explicación del gobernador Cuitláhuac García sobre las causas del desabasto de medicinas en la entidad: lo atribuye a un “boicot” de las empresas que vendían a altos precios al Sector Salud, lo cual se suspendió para comprar las medicinas en el extranjero.
La compra consolidada de medicinas quedó a cargo del INSABI sin acopiarse de previa capacitación para desempeñar ese encargo, y al no lograrlo, se acudió a la Organización de Naciones Unidas para adquirirlas “pronto y a menor costo”, pero el tiempo ha transcurrido sin resultado favorable.
Hace casi un mes, Jorge Alcocer, Secretario de Salud, presumió de un ahorro de 11 mil millones de pesos en esa muy hipotética compra, pero no hay medicinas, pese a que el propio Alcocer aseguró hace unas semanas que ya estaban en México y en pocos días llegarían a los hospitales del país, confiado, el presidente lo confirmó.
Sin embargo, las medicinas no aparecen por ningún lado y tal es la justificada protesta de los padres de niños con cáncer, a quienes ya ninguna convence, porque está en juego la vida de sus niños y no tienen visos de para cuando habrán los esperados insumos médicos. Triste realidad.