En Puebla, un sujeto es detenido porque cargaba una bolsa con la cabeza de sus suegros, en Silao y Apaseo el Grande, en Guanajuato, 11 personas perdieron la vida y seis más resultaron heridas por impactos de arma de fuego; en Guerrero durante el fin de semana 10 personas murieron abatidas por armas de fuego; en Zacatecas y Michoacán las masacres forman la orden del día, y en el comentario cotidiano es creciente la percepción del indetenible avance de la extorsión en muchos de los ramos de la actividad comercial. Además, el gas, la inflación y las tasas de interés, los pobres siguen en aumento. En contraste, la clase “política” esquematizada en nuestros “representantes populares” se regodea apostrofándose entre sí: una diputada llama “culera” a otra, a doña Margarita Zavala apodan de “bruja”, celebran la “exitosa” aprobación del presupuesto de egresos pese al severo impacto al campo y otros sectores de la producción e insultan al consejero presidente del INE como si se encontraran en un antro de barriada. Y qué decir de la pandemia, 30 entidades en verde, como si ya hubiéramos superado los riesgos y abandonamos inconscientemente la sana distancia, sin atender los alarmantes avisos del escenario europeo, de Rusia y China. ¿Será acaso porque como México no hay dos? En una de esas nos lo creemos.