Hace apenas 15 días se informó que la estación del Tren Maya proyectada para pasar por la capital de Campeche sería reubicada en su periferia.

Hoy, durante la visita del presidente López Obrador, el responsable de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, informó de otra modificación al proyecto original, es relativa al tramo que pasa por Mérida “a fin de evitar problemas en temas de construcción y movilidad al interior de esta ciudad”.

No son las únicas modificaciones al proyecto referido, porque el telón de fondo tiene que ver con el retraso de las obras y principalmente del escaso recurso económico para proseguir su construcción y concluirlo “en tiempo y forma” en 2024.

Lo cierto es que se está convirtiendo en dolor de cabeza pues las cosas no avanzan conforme a lo esperado y la escasez del dinero se convierte en factor determinante. El Tren Maya es una de las tres obras emblemáticas de este gobierno y es del interés presidencial concluirlo de finalizar su periodo, Tal es una explicación de sus reiterados recorridos por toda la ruta proyectada.

Tiempo hay, tres años todavía, pero en México en asuntos de obra pública se sabe cuándo inician, pero difícilmente se atina al cuándo se terminan.