Durante el amanecer de la segunda mitad del siglo XX desde la cátedra universitaria se escuchaban encendidas catilinarias contra el Imperialismo esclavizador, la misma Universidad Nacional Autónoma de México tenía en su área de humanidades centros de proselitismo procomunista que reflejaba en mucho el acontecer de una realidad mexicana donde alboreaba la transformación de un México en su tránsito del ruralismo hacia los grandes centros de población.

La “lucha de clases” permeaba los salones en las escuelas de economía, filosofía y Ciencias Políticas, principalmente. Aquel escenario fue superándose por la capacidad de los gobiernos priistas de adaptarse a las circunstancias, abriendo espacios al pluralismo político e ideológico, incluso no pocos de aquellos maestros de verba izquierdista muy encendida formaron fila entre los gobernantes y la administración pública.

Pero, cuando pensábamos superada aquella etapa de añorados recuerdos, ahora algunos despistados (¿?) legisladores panistas suscriben su apoyo a Vox, organización de extrema derecha en España, alma mater del afamado Yunque, subyacente activismo de nuestra derecha aldeana.

Si bien la dirigencia nacional panista se ha deslindado a través del Secretario General, y actores políticos como Felipe Calderón y Gustavo Madero, este episodio introduce una fea cuña al interior de este partido, precisamente cuando está en el empeño de constituirse en punta de lanza de la oposición al gobierno de la CuartaT.

Obviamente, el presidente López Obrador aprovecha la “bobita” que le han picheado y pega Hit. ¿Sabrá Rementería lo que firmó?