Por Agustín Contreras Stein

AYER, Palacio de Gobierno, fue el escenario político de más trascendencia en lo que va de este Gobierno que preside Miguel Ángel Yunes Linares.

El motivo, fue la ceremonia de los veinticinco años de la creación de la Secretaría de Desarrollo Social federal.

Ahí, la Delegada Federal, Anilú Ingran Vallines, demostró, claramente, de que está hecha, es decir, de trabajo, de conocimiento real de la vida política, pero sobre todo, social, del Estado de Veracruz.

Con un lenguaje claro, contundente, preciso, honesto y transparente, hizo un importante balance de lo que se ha hecho durante este tiempo en la dependencia que preside en el Estado, pero también, citó lo que se ha realizado a nivel nacional.

Con un discurso, parecido en mucho, a los que solía pronunciar Luis Donaldo Colosio Murrieta, Anilú, hizo referencia al trabajo social, a la tarea encomendada en este sentido y a la responsabilidad con la cual se ha venido actuando dentro de esta importante área federal.

Emocionada, profundamente emocionada, sus palabras fueron escuchadas con mucha atención aun cuando su participación, haya sido de las más prolongadas.

Pero, sin duda alguna, había que decir todo, porque era la ocasión, quizá precisa, para dar a conocer, de viva voz, todas las actividades que han tenido que desarrollar y con un importante eco en la entidad, pero sobre todo, entre las clases más necesitadas de todo el territorio estatal.

Anilú, con toda su belleza encima, ha sabido convivir con la gente. Lo hace en la ciudad, pero también se le ha visto caminar por los senderos de los pueblos, por la escabrosa sierra y por aquellos espacios donde difícilmente llega la modernidad.

Es auténtica mujer. Sincera en sus palabras, sincera en su actuar.

Y como el primer Secretario de Desarrollo Social, a nivel nacional, Luis Donaldo Colosio, ha sabido entender la pobreza, la marginación, las escasas oportunidades de muchos veracruzanos, para salir adelante. Ahí es donde ha estado la mano de Anilú Ingran Vallines, que se ha ganado, no tan solo el aplauso, sino el reconocimiento permanente de quienes se han visto beneficiados por la gran visión que tiene acerca del trabajo social, de la plena voluntad para servir a los demás.

A veinticinco años de creada la Secretaría de Desarrollo Social, el panorama ha cambiado para muchas familias veracruzanas. Se ha puesto especial énfasis en la responsabilidad de trabajar por el bien de los demás.

Por eso, ayer, Palacio de Gobierno, dejó la soledad y la tristeza de muchos meses, para convertirse, nuevamente, en la resonancia del quehacer público, en la actividad cotidiana de los que, por diversas razones, están para servir a la sociedad, a los veracruzanos, a la gente más desprotegida.

Volvió a sentirse, por unos momentos, la presencia de Colosio, pues con sus palabras, Anilún Ingran, lo evocó.

Pero no fue ella, solamente, sino también el propio Gobernador del Estado, quien admitió que trabajó junto a Colosio, que lo conoció y que aprendió mucho de él. Reconoció el ejecutivo estatal, que Colosio, fue, de alguna manera, un extraordinario político y mexicano ejemplar.

La delegada federal, logró, con sus palabras, remontarse a los tiempos del primer Secretario de Desarrollo Social, es cierto, pero trajo también, al presente, la enorme labor que se ha realizado, siguiendo los principios fundamentales que fueron parte del nacimiento de la Sedesol, que si bien funciona, dentro del Gobierno federal y estatal, como una dependencia para atender las necesidades sociales de todo el pueblo mexicano, bien se puede entender, que por su trascendencia, se ha convertido, más bien, en una importante institución, que bien manejada, como se hace ahora, seguirá siendo el sostén de mucha gente, el principal pilar del enlace gubernamental con la marginación y la pobreza, y que, por lo tanto, de las necesidades más apremiantes de los veracruzanos.

EL GOBERNADOR DEL ESTADO, Miguel Ángel Yunes Linares, ya es otro, un personaje distinto, más conciliador, más apegado a su investidura de primer mandatario estatal.

Subrayó, con especial atención, que mantiene una excelente relación con el gobierno federal, y que más allá de las siglas y de los colores, existe el entendimiento entre los dos gobiernos.

Dijo, que por lo tanto, ha procurado hacer un gobierno institucional, y eso, ni duda queda, de que pone sobre la mesa, su mejor disposición para trabajar, en el tiempo que le queda al frente del gobierno estatal, de común acuerdo con los proyectos gubernamentales federales que puedan, en determinado momento, beneficiar a los veracruzanos.

Y es que ya son tiempos de ver por los veracruzanos, de ponerse en el plan de apoyar las acciones de cada uno de los habitantes de esta entidad, que como lo dijo la propia Delegada de la Secretaría de Desarrollo Social, en Veracruz, es una entidad que lo tiene todo, desde la riqueza en sus recursos naturales, hasta la riqueza que tiene su propia gente.

De ahí que se haya visto a un Gobernador distinto, con ganas de trabajar en plena coordinación con el gobierno federal, con todos los funcionarios del gobierno y con todos los alcaldes veracruzanos, tanto los que están en funciones, como aquellos que pronto tomaran la batuta en la responsabilidad de conducir los destinos de los doscientos doce ayuntamientos veracruzanos.

Se sumó, de alguna manera, a las celebraciones del veinticinco aniversario de la Sedesol, y hasta anunció mayor respaldo para la Secretaría de Desarrollo Social en el Estado, ampliando, con un esfuerzo extraordinario, para el próximo año, hasta de un cincuenta por ciento de su presupuesto.

Se contagió el gobernador, de la emoción con la cual habló Anilú Ingran Vallines.

AUNQUE EL GOBERNADOR del Estado, al manifestar en su discurso de ayer, en Palacio de Gobierno, que en estos momentos, las siglas y los colores, deben quedar al margen de la actividad gubernamental, como un claro mensaje de conciliación política, no dejó de observarse que en materia de colores, tanto la Delegada Federal como la Secretaria Estatal, de Sedesol, fueron vestidas, precisamente, de los colores que representan políticamente. Mientras que la Delegada Federal, vistió de rojo, la Secretaria estatal, vistió de azul.

Las dos pintaron su raya.
¿O será pura imaginación de quien esto escribe?

Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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