Por Agustín Contreras Stein

 

 

3 de octubre…45 años en los medios de comunicación.

 

DESDE LUEGO, que no es la primera vez que los mexicanos se solidarizan con sus hermanos ante la desgracia.

En cada momento que el pueblo mexicano, sufre por alguna acción de la madre naturaleza, como es el caso de los huracanes, los sismos y hasta ciertos  accidentes que se van dando cotidianamente, el pueblo se une, se solidariza y muestra su gran corazón, unas veces ayudando directamente y en otras enviando lo que puede para mantener de pie a nuestro país.

Esta vez, como sucedió en el año de mil novecientos ochenta y cinco, con aquél terremoto que acabó con gran parte de la ciudad de México, por cierto, en la misma fecha del sismo de apenas el martes pasado, la mayoría del pueblo mexicano, ha estado presente a través de la ayuda solidaria.

México, muestra ese gran sentimiento de ayuda a los demás, no tan solo en los momentos difíciles de la nación, sino también ante la desgracia de muchos habitantes del mundo, sumándose a la ayuda internacional.

México, es uno de los pocos países, que se ha ganado el respeto por ser, independientemente de sus propios problemas, atento con los demás, donde lo menos que puede hacer, es una oración constante para quienes sufren en determinado momento.

Pero va más allá de una oración, pues es capaz de desprenderse de lo poco que tenga para dárselo a los demás, pues así es su cultura, así es su propia formación y su propio destino.

Castigado, como ha sido a través del tiempo, no tan solo por la devastadora acción de los elementos naturales, sino también de los malos mexicanos, que nunca faltan, no deja de demostrar que tiene altos sentimientos y una gran voluntad para ayudar a los demás. Esto ha quedado demostrado con el paso de los años y también ante la presencia de muchos momentos de desgracia.

México, se mantiene de pie, muy a pesar de lo que ahora esta sufriendo por la muerte de muchos mexicanos que fueron sorprendidos por el movimiento de tierra del martes pasado, coincidentemente, con aquél fatídico diecinueve de septiembre

de mil novecientos ochenta y cinco, donde miles de mexicanos, murieron bajo los escombros de muchos edificios caídos, tal y como sucede ahora, en estos momentos en que no termina la búsqueda de seres humanos que pudieran estar con vida, principalmente, los niños que aún quedan atrapados entre los escombros del edificio que albergaba su escuela.

Pero, una vez más, se demuestra que México, es más grande que sus problemas, y queda claro que la mayoría de sus habitantes, son gente buena, comprensiva, fraterna, aunque haya una minoría que siempre este pensando en hacer el mal, en convertir a esta tierra en un campo de batalla, en procurar sus propios intereses antes que las necesidades de los demás.

México, está de pie y seguramente será muy difícil que lo hagan caer, porque su gente no lo permitiría nunca.

México, ha pasado por terribles experiencias y ha sabido salir adelante, airoso y fortalecido y aunque ahora, por desgracia, la violencia y la inseguridad que se ha hecho permanente en casi todo su territorio, le ha restado mucha de su tranquilidad, que le ha quitado el sueño, su posibilidad de seguir creciendo y desarrollando, tarde o temprano, volverá la calma y tendrá la oportunidad de ser, nuevamente, el país de paz que siempre ha sido y que ahora, unos cuantos le han arrebatado.

Los desastres naturales son cada día más fuertes, pero también, la solidaridad de un  pueblo, como el nuestro, se ha multiplicado, dejando plena constancia de que siempre, en las buenas y en las malas, está unido para enfrentar sus propios problemas y los que, de alguna manera, también, le suma la madre naturaleza.

CIERTO ES QUE EL GOBIERNO de la República, tiene, por ahora, los recursos suficientes para enfrentar los retos del sismo pasado y que se ha comprometido, de acuerdo con las palabras del mismo Ejecutivo Federal, que en mensaje dirigido a la nación, ha sido directo y responsable para procurar la emergencia y la reconstrucción, no estaría mal que, efectivamente, los miles de millones de pesos que se han destinado para el desarrollo del proceso electoral del próximo año, subsidiando a los partidos políticos para que se enfrenten en una lucha totalmente estéril y sin razón alguna, se destinen, si bien no en su totalidad, a las necesidades de la gente que ha sido afectada por este terremoto natural.

Cierto, es también, que esta iniciativa popular será del total rechazo de la clase política nacional, que no estaría de acuerdo en esta decisión del mismo pueblo, que dichos recursos tengan un mejor destino al utilizarse para la reconstrucción de los pueblos dañados, los edificios que se han colapsado y a la miseria en que tantos mexicanos han caído, después de haber perdido todo su patrimonio.

No está mal la idea y seguramente que será avalada, conforme pase el tiempo, por la mayoría de los mexicanos, pues dichos recursos que son una inmensa cantidad que pocos mexicanos, llegan a comprender completamente, y que además son propiedad del mismo pueblo que contribuye permanentemente para el sostenimiento de la nación, sea puesto, por primera ocasión, a la disposición de del gobierno federal, para que éste pueda enfrentar, con mejores condiciones, los trabajos de reparación de daños y reconstrucción de los edificios que fueron afectados, además de atender de la mejor manera, a todas las familias que han perdido todo o parte de su patrimonio familiar.

Y no estaría mal, también, que en Veracruz, donde no hubo grandes daños ni pérdidas humanas, pero que existen muchas escuelas con algunas afectaciones, además de construir muchas otras más que hacen falta en todo el territorio estatal, se utilizaran todos aquellos recursos económicos que les fueron incautados a los malos funcionarios del pasado sexenio y de los cuales, hasta ahora, no se tienen conocimiento de su inversión o destino alguno.

Ya son tiempos de comenzar a poner orden, si es que existe la plena voluntad para hacerlo, pues además de ser una promesa, también es un compromiso que debe cumplirse al pie de la letra.

UN POCO ANTES DE EMITIDO el mensaje presidencial de anoche, en las redes sociales, circulaba una invitación, sin responsable alguno, para que todos apagaran sus televisores y dejaran solo al Presidente.

Estos, quizá, sean parte de los malos mexicanos de los cuales ya habíamos comentado en textos anteriores, pues no tienen ninguna razón para impedir que los demás hagan lo que su voluntad les dicte, pues estamos viviendo en un país de solidaridad, como lo citamos también en esta misma entrega, donde el respeto es lo primero que debemos apreciar, pues las autoridades hacen su mejor esfuerzo para resolver los grandes problemas de la nación, mientras que los críticos, cómodamente, se dedican a denostar lo que otros, con plena dedicación, realizan.

No son momentos de política, ni tampoco de rechazo a las buenas intenciones de las autoridades.

¿O acaso, también quieren que todos seamos, simples espectadores?

Que lo sean los irresponsables.

Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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