Pese al enorme potencial humano México no es un enclave deportivo en el concierto internacional, somos primeros cuando competimos cierto éxito cuando lo hacemos con naciones de la región centroamericana, pero se nos complica en los panamericanos ya incluidos Brasil, los Estados Unidos y Canadá. Por los resultados de cada competencia, da la impresión o bien de que nosotros no crecemos o tal vez la competencia adquiere mayor acometividad.
Por supuesto, tenemos relámpagos deportivos, aunque muy esporádicos, incluso hemos ganado medallas de oro en determinadas disciplinas que permiten suponer un sustantivo avance. En el decepcionante desempeño de la Delegación mexicana a los Juegos olímpicos de Tokio 2020 se explican muchas carencias y mala dirección en el ramo deportivo; con su pírrica consecución de medallas, francamente será para olvidarlo e intentar enderezar el rumbo para futuras competencias.