Pese a las más de mil 700 reservas apartadas por la oposición política en le Cámara de diputados para su discusión en el pleno de la asamblea, la engrosada e infranqueable maquinaria de MORENA no ha permitido un solo cambio al texto original del proyecto de presupuesto de egresos para 2022. Sin miramientos hacia las reflexiones expuestas por legisladores panistas, priistas, emecistas y perredistas nada mueve de su estrategia al bloque del partido en el gobierno. Ningún argumento convenció a los de Morena para reconocerle al INE sus planteamientos respecto al aumento presupuestal, y por andar de “pediche” todavía le rebanaron sustancialmente su partida; aunque está claro el propósito de poner en grave predicamento al órgano electoral: o hace la consulta o se le acusa de intentar entorpecer ese procedimiento democrático y en esa lógica después justificar las arremetidas en pos de desaparecerlo como órgano autónomo. Pero, no nos hagamos bolas por la discusión del presupuesto 2022, porque Ignacio Mier, pastor de la bancada morenista, ha sido más transparente que el aire cuando expresó: esto “no es asunto de presupuesto, sino político”. El sabio libro del Apocalipsis recomienda “el que tenga oídos para oír, que oiga”. 13