La jugada de carambola de tres bandas ejecutada por el presidente López Obrador en su anuncio de invitación al exgobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, para ser embajador de México en España ha levantado polvareda política y especulaciones por doquier; no podría ser de otra manera dadas las circunstancias y los antecedentes del desempeño de Quirino Ordaz en la reciente elección para gobernador en Sinaloa donde se apreció una inusitada actividad de la delincuencia para favorecer al candidato de MORENA, con la aceptación  tácita del gobernador en funciones, o sea, Quirino Ordaz. Por esa supuesta interrelación es muy cuestionable la propuesta en la persona del exgobernador como embajador en España, porque, sin duda, pasará la aduana aprobatoria en el senado de la república, pero… ¿el gobierno español concederá su anuencia? No está bien aspectada la relación del gobierno de la CuartaT con la monarquía española, a la cual atribuye “soberbia” por no “pedir perdón” a los pueblos originarios de México a causa de la incursión militar de Cortés hace ya 500 años, y con esta propuesta ¿no se estará tensando aún más esa relación?