No son cualquier cosa las declaraciones del senador Julen Rementería denunciando un supuesto fraude del gobierno federal en la contratación de médicos cubanos para reforzar la atención contra la pandemia del Covid-19 en México. Rementería señala que esos médicos carecen de título profesional, acusación muy seria que obviamente debe sustentar con las pruebas correspondientes, porque de lo contrario habría empinado una vez más a su partido, el PAN, y por su respetable condición de senador de la república. Pero, por otro lado, a eso, el presidente López Obrador responde sin aclarar, con subterfugios, refiriéndose al “pensamiento ultraconservador” de Julen, de quien dice quiere convertirse en “el paladín de la democracia”. Es decir, en México el deterioro de la política raya en “politiquería”, a la cual alude frecuentemente con despectivo acento el Jefe del Ejecutivo, pero incurre en ello. Mientras, en medio de esas disputas vive la sociedad mexicana, contemplando con desengaño la conducta de quienes debieran ocuparse en resolver los grandes problemas nacionales y no en vanas disputas que nada resuelven.