Río de Janeiro, 14 de agosto.- Casi cien policías murieron en lo que va de año en Río de Janeiro como consecuencia de la oleada de violencia que azota al estado brasileño donde hace apenas un año se celebraron los Juegos Olímpicos.

El último fin de semana tres policías fallecieron como consecuencia de ataques criminales en Río, elevando a 97 el número de fuerzas del orden fallecidas desde inicios de 2017.

Se trata de un número muy elevado cuando se compara, por ejemplo, con los 22 fallecidos en el estado de Sao Paulo o los 10 en Pernambuco, estado pobre del nordeste del país.

“Es un número alarmante que nos deja muy tristes, muy perplejos”, dijo el secretario de Seguridad de Río, Roberto Sá, que lleva semanas pidiendo una reforma del código penal para endurecer, entre otros delitos, el de tráfico y porte de armamento pesado.

La crisis económica por la que pasa Brasil, que ha azotado con especial fuerza a Río de Janeiro, que depende en parte de los ingresos petroleros para equilibrar un presupuesto público en alza en los últimos años, disparó los índices de criminalidad en el estado, donde crecieron los asaltos, los homicidios, los robos de cargas comerciales y los furtos.

Al borde de la bancarrota, el estado de Río carece de dinero para poder sufragar el despliegue de más policías en las calles, y por eso el Gobierno federal brasileño anunció en julio el envío de militares para reforzar la seguridad en el estado más turístico del país.

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