México. 24 de marzo del 2021.-Mientras más cerca estoy de ese momento que para muchas es sinónimo de vergüenza, más me convenzo de que el primer paso para afrontarla es hablar de ello. Comentarlo entre las amigas, normalizar los síntomas, porque el hecho, crudo y real, es que la menopausia llega y es la muestra de que estamos iniciando una nueva etapa. Podemos verla como el final de un ciclo, pero me hago terapia viéndolo con optimismo.

Es el inicio de algo nuevo. Sin más. No tiene que ser un periodo que nos disminuya, o nos avergüence. Simplemente es.

Alejandra, casada y con un hijo de 20 años, me decía que estaba segura de que estaba en la premenopausia porque no solamente no le apetece para nada el sexo, sino que empieza a sentir un fogonazo en el cuerpo, un calorón incontrolable. Su esposo le decía que solo tenía 46 años, tal vez era pronto para declararse menopáusica, y el calor se lo adjudicaba a que vive al norte de México. Ella no puede hacerle entender que este es un calor distinto. Llega sin avisar y no hay manera de aliviarlo.

Daniela, de 49, por otra parte, quiere tener más sexo que nunca. Ahora que ya no viene la menstruación desde hace seis meses, es como si se le prendieron las llamas: la llama interna, pero también la de los calorones. Su médico le confirmó que está en la época temida por muchas mujeres.

Maureen tiene el cabello seco, la piel seca, se siente pesada y también acalorada. Ya pisa los 50, pero está optimista. Asegura que en su buen ánimo nada ha cambiado. No hay cambios de humor, pero sí siente un poco de pena cuando llegan los sofocos, porque es algo incontrolable, aparece el sudor y se pone colorada, no hay nada que lo alivie, sino dejarlo pasar. Ahora el abanico es tan imprescindible como el teléfono móvil.

Ninguna de las tres se siente vieja, inútil o amenazada de quedar descartadas laboralmente. Quizás una de ellas teme no ser tan deseable, pero se convence de que es un asunto que debe manejar ella internamente porque si al marido se le ocurre mencionarle algo al respecto, sabe que dormirá tres días en el sofá.

Por supuesto que no todo es un jardín de rosas. Hay una cantidad de síntomas, que no necesariamente todas las mujeres tienen. Cada cuerpo es diferente y así como a algunas adolescentes les salió acné y a otras no, algunas mujeres tendrán síntomas vaginales, calorones y otras no. También, en la medida que envejecemos y superamos etapas los síntomas van variando. Podemos tener trastornos del sueño, menstruaciones irregulares, irritabilidad por el cansancio que ocasiona no dormir bien, resequedad vaginal y, por supuesto, los sofocos. La cuestión es así.

¿Por qué el calorón?
Según Medline Plus, publicación de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la menopausia es el momento de la vida de una mujer en el que sus periodos menstruales cesan. “En la mayoría de los casos, se trata de un cambio corporal normal y natural que casi siempre ocurre entre los 45 y 55 años de edad”

Después de la menopausia la mujer deja de ser fértil, pues sus ovarios paran de liberar óvulos. Ocurren cambios hormonales en los que se producen menos hormonas femeninas, estrógeno y progesterona, y es esta disminución la que ocasiona los síntomas mencionados, incluyendo los famosos calorones.

Es mucho lo que podemos hacer para aliviar los síntomas en general. Pero los calorones suelen ser mencionados como frecuentes e incontrolables. La mala noticia es que pueden durar muchos años.

Según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos hay algunas medidas que podemos tomar antes de recurrir a la ingesta de medicamentos. Para empezar, si los sofocos se presentan en horas nocturnas interrumpiendo el sueño, se recomienda tratar de tener la habitación un poco más fresca y tomar pequeñas cantidades de agua fría antes de ir a la cama.

El alcohol, la cafeína y el picante pueden contribuir a generar calor, lo mejor será disminuir su ingesta. Asimismo evitar el tabaco, no solo ayudará a disminuir las incomodidades, sino que mejorará su salud en general.

Asimismo mantener un peso saludable es favorable, no solamente porque con el cambio hormonal cambia la distribución de la grasa en el cuerpo, sino porque se ha demostrado científicamente que las personas con sobrepeso pueden sufrir de este síntoma de manera más severa.

Además, en su reporte, la institución destaca la importancia de la salud emocional. “La investigación científica sobre la etapa temprana ha demostrado que la meditación de atención plena, el yoga y el tai chi podrían ayudar a mejorar los síntomas menopáusicos”.

En este sentido, la Sociedad Norteamericana de la Menopausia recomienda disminuir el estrés también es determinante para el alivio de los calorones, considerados como el síntoma más común de este periodo. “Para disminuir el estrés y promover un sueño reparador, haga ejercicio regularmente, pero no muy cerca de la hora de dormir… Cuando este iniciando un bochorno, trate de respirar tranquila y lentamente, con una respiración abdominal, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Haga solo de 5 a 7 respiraciones por minuto, mucho más lentamente de lo usual”.

Si nada de esto funciona, consultar con el especialista será la mejor opción, teniendo en cuenta que existen medicamentos que pueden ayudar, así como terapias de hormonas, pero se ha demostrado que no todas las personas pueden someterse a estas. Pacientes que han padecido algún tipo de cáncer, trastornos hemorrágicos, quienes han padecido derrames cerebrales, enfermedades cardíacas, entre otras, deben abstenerse. Es posible que estos tratamientos sean muy eficientes para controlar muchos síntomas, pero son delicados, con lo cual es fundamental insistir en que hablemos con nuestro médico. Comentemos todo lo que consideremos diferente o incómodo.

Además, mantener hábitos de vida saludable, una alimentación balanceada, la hidratación correcta, así como también mantener el equilibrio emocional con actividades satisfactorias, nos ayudará -sin lugar a dudas- a transitar por esta etapa de la mejor manera, con ánimo y optimismo.