México, 24 de agosto.- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de la Oficina de la Abogada General, presentó una denuncia de hechos ante la Procuraduría General de la República, por la agresión de un grupo de presuntos narcomenudistas contra el periodista Humberto Padgett.

Asimismo, detalló que los abogados de la máxima casa de estudios del país tuvieron conocimiento de los hechos ocurridos en Ciudad Universitaria, a través de un medio de comunicación.

Por ello, procedió a presentar la denuncia correspondiente, de acuerdo con lo reportado por el reportero agredido en las instalaciones de la UNAM.

En un comunicado, la máxima casa de estudios externó su desacuerdo con los hechos y comentó que la agresión fue cometida por individuos ajenos a la Universidad “transgresores de la ley, quienes ya han sido reportados en numerosas ocasiones ante la autoridad correspondiente”.

La Universidad Nacional recalcó su desacuerdo contra cualquier acto de violencia a los comunicadores que son agredidos durante el desempeño de su labor, ya que ello coarta libertades esenciales para la institución educativa.

Humberto Padgett, informó que desde la semana pasada ha visitado las instalaciones de la UNAM para documentar la venta ilegal de drogas.

Narró que el martes fue a recoger heroína que había acordado comprarle a un vendedor, pues días anteriores no había podido adquirir dicha droga, mientras que mariguana, cocaína, dos variedades de piedra, ácido y dos gomitas, en estado puro, lo había hecho sin consecuencias.

“Me acerqué con un grupo diferente de personas, y me vieron una cámara que traía oculta en la bolsa de una chamarra; en mi opinión la luz reflejó el vidrio de la lente. Me la encontraron, me jalonearon”.

Dijo que la persona que vio que traía una cámara dio aviso a los demás que estaba siendo grabados. “Entonces me llevan hacia una esquina, me quitan las cosas, yo hago resistencia, trato de retener la cámara y en ese momento uno de ellos me apunta con una pistola automática, me la pone a unos centímetros de la cara y me da la cuenta, diciéndome que si no entregaba la cámara iba a disparar; se acerca otra persona con un revólver y también me apunta, y finalmente, una tercera persona con otra automática cromada, corta cartucho, sale de la recámara un casquillo usado y también me apunta”, detalló.