Por: Dr. Erick Hernández Ferrer*

La relación entre ambas disciplinas ha sido de larga trayectoria y ambos sentidos, en México podemos encontrar los trabajos de María Bertely, Justa Ezpeleta, Elsie Rockwell, Gunther Dietz, Eduardo Restrepo, Rosana Guber, entre los más importantes en la actualidad. Dichas disciplinas se han nutrido para la construcción de sus objetos de estudio y en la manera de acercarse a ellos. Por tanto, reducir solo al uso de la etnografía, ya sea como método o parte de éste (cuando se usa desde otras disciplinas fuera de la antropología) o como enfoque central de la investigación (cuando se utiliza desde la antropología), es reducir su poderosa relación.

Sí bien, en ambos casos se busca dar cuenta de lo que piensan y hacen los sujetos (o bien, porqué lo hacen), esto desde la propia voz de los sujetos; la diferencia entre una y otra es el nivel de profundidad en la comprensión de la realidad, pues mientras que cuando se usa por otras disciplinas -entre ellas la pedagogía y las ciencias de la educación- se queda en el nivel descriptivo de un fenómeno y cuando se usa desde la antropología se interpreta la densidad de la vida social, como dentro de las instituciones escolares de cualquier nivel educativo.

Algo importante de señalar, es el hecho de que las descripciones o las interpretaciones se puede realizar desde dos puntos de vista diferentes, uno es desde dentro del grupo social estudiado (emic), es decir, la mirada que tienen actores sobre aspectos de su vida social; la otra es desde afuera (etic), la mirada o interpretación que tiene el investigador -como agente externo al grupo- utilizando categorías teóricas previamente establecidas.

De esta manera se ha podido investigar, por ejemplo: cómo aprenden los niños, jóvenes y adultos; cómo los docentes enseñan (sus técnicas pedagógicas y sus efectos); conocer las relaciones de poder entre los sujetos participantes (estudiantes, docentes, directivos y hasta padres de familia); la relación de la escuela (como institución educativa) con la sociedad y su contexto próximo; entre muchos otros temas importantes para comprender el campo de lo educativo.

Por tanto, desde esta relación interdisciplinar, es posible acrecentar el conocimiento sobre lo humano en un espacio social en el cual los sujetos parecen no estar presentes; pues desde esta postura, quienes habitan a las instituciones, son los actores principales y es por ello importante exponer sus experiencias, ya que, además, serán tan diversas como los propios actores que en ella participan y contextos donde suceden.

*Adscrito al Depto. de Investigación de la Universidad Pedagógica Veracruzana