Yucatan. 31 de julio del 2020-Cada año, alrededor de 600 mil huevos de tortugas son depositados en costas yucatecas, de estos unas 120 mil crías nacerán y solo 1 de cada mil llegará a la edad adulta en el océano; por ello, cada vez son más las agrupaciones y autoridades, que se suman a la conservación y protección de los nidos.

Desde el mes de abril y hasta octubre, siete de ocho especies de tortugas que hay en el mundo, arriban a playas mexicanas para depositar sus huevos.

Los más de 300 kilómetros de costa que tiene Yucatán, recibe principalmente a 3 especies: la carey, la blanca y, en algunas ocasiones, la caguama.

Durante su anidación, voluntarios, autoridades y el Ejército Mexicano, se suman la vigilancia de los nidos.

“Cuidarlos de los temporadistas que no las pisen, no hagan fogatas en la playa y no prendan los reflectores porque encandilan a la tortuga y en vez que vayan al mar, se van a los reflectores y se mueren ahogadas en la tierra”.

Liberato Cruz, voluntario
Una vez en la playa, las tortugas tardan entre hora y media y hasta 3 horas en desovar estos huevos que en dos meses eclosionarán y serán liberadas en el mar… nadarán durante 7 días continuos hasta llegar a los bancos de sargazo, donde se quedarán a vivir varios años, eso, si logran vencer a su depredador más grande: el hombre.

Vehículos motorizados que transitan en playa, fogatas, caza furtiva y saqueo de huevo, es lo que voluntarios y el Ejército Mexicano buscan combatir.

En Yucatán, hay 8 campamentos que vigilan el desarrollo del proceso de anidación, que se produce principalmente en horario nocturno.

En la parte centro de la costa yucateca, en el municipio de Telchac Puerto, se cuidan poco más de 35 kilómetros de costa.

“Para realizar patrullamientos aquí en esta parte donde sabemos bien hay gran cantidad de nidos de tortugas y para apoyarlos en estos casos, para que se respeten estas áreas y no sea dañado nuestro ecosistema”.

Alan Peralta, oficial de operaciones del 11 batallón de la SEDENA
Al comenzar su viaje en el mar, las tortugas enfrentan otra batalla, ahora contra los depredadores marinos. Si logran alcanzar la madurez, a los 20 ó 25 años, estos quelonios regresarán, a la misma playa en donde nacieron