CDMX. 26 de abril del 2020.-El primer cuadro de la Ciudad de México se veía vacío y desolado con más elementos policíacos y patrullas en las calles que paseantes y compradores.

Medio día seminublado del primer domingo de Fase 3 de la emergencia sanitaria por Covid-19 en la Ciudad de México que registró un vacío de esos que sólo se ven después de la Noche Buena o el Año Nuevo.

Recorrer las principales avenidas, con poco tráfico fue una realidad que en circunstancias normales provoca largos lapsos de tiempo, stress e impaciencia.


Pero este domingo no hubo embotellamientos, ni ciclotones y mucho menos manifestaciones ni nada por el estilo.

Con los museos y negocios cerrados, Paseo de la Reforma, el Centro Histórico, la colonia Juárez, Eje Central, Rio Churubusco, Tlalpan, Viaducto, Rio de la Loza, Cuauhtémoc y más, se apreciaron como pocas veces en el año.

Algunas personas se dibujaron en el lienzo capitalino, corriendo, en bicicleta, sacando a pasear a su perro y para ir de compras a la tienda departamental o al mercado de la colonia.

Muchos de ellos sin cubrebocas, ni guantes o alguno instrumentos de protección.

Despreocupados del coronavirus, en Reforma, pedaleaban o se quitaban el sudor de la frente, haciendo su mejor esfuerzo para mejorar la condición, mientras cruzaban por la Estela de Luz, la Diana Cazadora, el Ángel de la Independencia o la Glorieta de la Palma.

Bosque de Chapultepec
En el Bosque de Chapultepec, no se pudo ingresar al Castillo o al Zoológico, aunque se disfrutó de la soledad en los alrededores del Museo de Antropología o el Rufino Tamayo.

De Chapultepec al Centro Histórico se llegó en 15 minutos, aunque pudo ser menos de no ser por los semáforos por dar un vistazo al Café “La Habana”, en la esquina de Bucareli y Morelia.

Luego, pasar por avenida Juárez para ver la Alameda Central y el Palacio de Bellas Artes, fuertemente custodiados por policías y las rejas metálicas que los rodean para evitar las parejas amorosas de domingo, las familias festivas, los espectáculos callejeros o los vendedores ambulantes que, en un día normal, se escabullen entre la aglomeración.

De ahí, caminar por cinco de Mayo hasta llegar al café “La Blanca” fue infructuoso porque estaba cerrado aunque más adelante el coraje se pasó para los despistados ya que el café “El Popular” estaba abierto y se pudo pedir para llevar.

Pero sólo eso; el primer cuadro de la Ciudad, se veía vacío y desolado con más elementos policíacos y patrullas en las calles que paseantes y compradores.

La tranquilidad en el Zócalo, dejó apreciar a la Catedral Metropolitana, el edificio de gobierno y al Palacio Nacional, sin necesidad de entrar a la mañanera.

En fin, donde si se vio más actividad fue en colonias como la Doctores, en el puesto de Barbacoa de avenida Vertiz, antes de llegar a la Fiscalia General de Justicia o en Bolivar y Fernando Ramírez, en la Obrera, donde el chicharrón, las carnitas y el pozole, llamaban a los comensales a perder la sana distancia.

Para no perder la costumbre, muchos sin cubrebocas ni protección, sin recordar que este no era un domingo normal. Es el primero de la Fase 3 de la emergencia sanitaria por Covid-19, el primero de una contingencia que apenas comienza.