Estados Unidos. 05 de febrero del 2020.-El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue absuelto este miércoles en el primer cargo en el proceso de destitución impulsado por la oposición demócrata. El procedimiento dividió al país, pero no hizo mella entre los partidarios del mandatario republicano en busca de la reelección.

El presidente fue absuelto del cargo de abuso de poder. Se espera un resultado similar para el segundo cargo, por obstrucción al congreso.

El juicio político a Trump, en el que los demócratas habían puesto sus esperanzas de al menos dejar en evidencia el estilo político poco ortodoxo de gobernar del presidente, rayando en muchas ocasiones la ilegalidad , había quedado ya destinado a un cierre desde que la semana pasada no lograron convencer al suficiente número de republicanos para convocar la comparecencia de testigos y recabar nuevas pruebas.

Los demócratas buscaban destituir a Trump por presionar a Ucrania a “ensuciar” a su posible oponente presidencial Joe Biden, mediante la congelación de 391 millones de dólares de ayuda militar crucial para este país en guerra, y por hacer todo lo posible por bloquear la investigación del Congreso una vez destapado el escándalo por un denunciante no identificado públicamente.

Los demócratas, con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a la cabeza, han calificado el cierre del proceso sin la comparecencia de testigos como un fraude, por considerar que impedir nuevos testimonios deslegitimaba todo el proceso.

Los legisladores de oposición deseaban convocar para que testificasen, entre otros, al ex asesor de Seguridad Nacional John Bolton, que fue destituido por Trump, y al jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney. Ambos estaban presentes en la llamada en la que Trump presionó a su colega ucraniano, Volodímir Zelenski, para que investigara a Biden y al su hijo Hunter, que había trabajado para la empresa de gas ucraniana Burisma.

La absolución no significa el fin de las investigaciones sobre Trump por parte de los demócratas, pero impulsará la carrera por la reelección de Trump, que busca gobernar cuatro años más después de un tumultuoso primer mandato.

Con la vista en noviembre
Trump aprovechó su discurso anual ante el Congreso el martes por la noche para enumerar sus logros, tanto reales como imaginarios, que presentó como un reto para la docena de demócratas que compiten por ganarle la elección el 3 de noviembre.

Gran parte de su mensaje de 78 minutos sobre el Estado de la Unión fue para proclamar sus exitosas políticas económicas y ensalzar su visión y lema de campaña “Estados Unidos primero”.

Trump dijo que sus políticas de desregulación y recortes de impuestos, criticadas por sus opositores por dañar el medio ambiente y favorecer a los ricos, fueron responsables del éxito económico “sin paralelo” del país.

Se jactó de los pactos comerciales con China y del TMEC con México y Canadá , del masivo gasto militar y de medidas “sin precedentes” para detener la inmigración ilegal, así como de su intento de “poner fin a las guerras de Estados Unidos en Medio Oriente” como ejemplos de cumplimiento de sus compromisos con los votantes.

Al mismo tiempo, condenó los logros de su predecesor demócrata, Barack Obama, y declaró que solo su administración había revertido la “decadencia económica” y “restaurado” el orgullo estadounidense.

“Los enemigos de Estados Unidos están huyendo, las fortunas de Estados Unidos están en aumento y el futuro de Estados Unidos está brillando”, dijo.

El discurso, y el desaire de Trump hacia la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, justo antes de que comenzara la ceremonia, cuando rechazó el habitual apretón de manos, solo despertó aún más la ira demócrata.

Segundos después de que Trump terminara, Pelosi, líder demócrata en el Congreso, rompió en pedazos su copia del discurso en un duro gesto político trasmitido en vivo por televisión.

Esa profunda frustración solo se exacerbará esta tarde en la votación del juicio político.

Para los demócratas, respaldados al menos en parte por varios republicanos, lo que hizo Trump en relación a Ucrania constituyó una invitación ilícita para que un gobierno extranjero interfiriera en una elección estadounidense.

“Cuando nuestro presidente invita y presiona a un gobierno extranjero para difamar a un opositor político y corromper la integridad de nuestras elecciones presidenciales de 2020, debe ser destituido”, dijo el miércoles el senador demócrata Jeff Merkley.