• Desarrollan un instrumento que será aplicado y validado a un sector de la población infantil veracruzana urbana y rural 
  • Con respaldo financiero del Consejo Veracruzano de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico 
  • Rubí Viveros Contreras, coordinadora del proyecto, mencionó que se prevendrán patologías en niños desde etapas tempranas 

 

 

Equipo de especialistas del Centro de Investigaciones Biomédicas

Equipo de especialistas del Centro de Investigaciones Biomédicas

 

Claudia Peralta Vázquez 

Xalapa, Ver.- Rubí Viveros Contreras, investigadora del Centro de Investigaciones Biomédicas (CIB) de la Universidad Veracruzana (UV), dio a conocer que actualmente desarrollan un instrumento estandarizado de uso clínico y de investigación para la identificación de riesgo de disbiosis intestinal en niños de edad preescolar. 

Para consolidarlo, los integrantes de su equipo de trabajo respondieron el año pasado a la convocatoria del Consejo Veracruzano de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico (Coveicydet), cuyo propósito es financiar proyectos veracruzanos que generen nuevo conocimiento científico y tecnológico. 

Otro de sus objetivos es atender las necesidades o problemas de las distintas regiones del estado de Veracruz por medio de acciones científicas y tecnológicas. 

Luego de que la propuesta fuera validada favorablemente por expertos, la investigadora destacó la pertinencia del estudio cuyo aporte es prevenir y cuidar la salud de la población infantil en esta etapa crítica que representa una ventana de oportunidad e intervención. 

Explicó que la microbiota intestinal es la comunidad de microorganismos vivos residentes en el tubo digestivo. 

Se habla de una disbiosis intestinal cuando existe una alteración desfavorable de esos microorganismos o microbiota, lo cual genera el desarrollo de enfermedades, incluyendo las no transmisibles, entre ellas: obesidad, diabetes, hipertensión, hígado grasosíndrome metabólico, problemas gastrointestinales, trastornos de ansiedad, depresión y Alzheimerlo que también genera que haya personas más vulnerables, con un sistema inmunológico débil.  

No obstante, la predisposición a este riesgo se origina desde el vientre materno, e inclusive antes, desde la concepción, pues influyen varios aspectos, entre los que destacan: el estado de salud de los padres previo al embarazo, dieta materna durante el proceso de gestación, el tipo de parto, lactancia materna, uso de antibióticos, y dieta de los niños. 

Señaló que una vez concluido y validado el instrumento especializadoy éste sea aprobado por un comité de bioética, se aplica a la brevedad a una población representativa de padres de familia veracruzanos de zonas urbanas y ruralespara determinar el posible riesgo de disbiosis en los niños. 

Esto se complementará con pruebas de la microbiota intestinal de los niños a través del copro. Junto con ello, también se evaluará la dieta, el neurodesarrollo del niño, peso, índice de masa corporal y detección de parásitos.  

Más adelante, esta herramienta será de gran ayuda para los médicos y pediatras al momento de realizar la historia clínica de los pacientes infantiles. 

Aunado a eso, elaborarán un manual de recomendaciones prácticas que estará disponible para la población. 

En dicho estudio que se hará en coordinación con la académica Silvia Socorro Lara Arellano, de la Facultad de Enfermería, intervendrán estudiantes de posgrado y licenciatura, y se dará prioridad a pequeños en condición vulnerable, informó Viveros Contreras. 

“Pensamos en muestras representativas estadísticamente de un municipio veracruzano, incluyendo población urbana y rural; posteriormente, se podría proponer otro tipo de población como el sector indígena de nuestro estado, aunque sí se requerirá mayor recurso para su continuidad.” 

Dio a conocer que la actividad se realizará con el apoyo de las autoridades municipales bajo adecuadas medidas sanitarias, en espacios abiertos.  

De acuerdo con los lineamientos del Coveicydet, el desarrollo del proyecto tiene como límite un año y actualmente están en proceso de la firma del convenio. No obstante, previo a esta propuesta ya contaban con investigación sobre el tema. 

La especialista lamentó que a una edad temprana, entre los tres o cuatro años, muchos niños ya presenten sobrepeso y obesidadinclusive mórbida. Asimismo, mencionó que hay una alta probabilidad de que los menores con obesidad infantil lleguen a ser adultos obesos si no se actúa a tiempo.  

Lo anterior coindice con las estadísticas que ubican a México y a Veracruz en los primeros lugares a nivel mundial y nacional, respectivamente, en casos de obesidad infantil y en adultos, lo cual es preocupante porque genera gastos económicos considerables para nuestro estado y país. 

 De continuar en esta línea, llegará el momento en que el sistema de salud colapsará y no habrá presupuesto para tratar las enfermedades asociadas al síndrome metabólico. 

En lo concerniente a este proyecto, la extracción del ADN se hará en el laboratorio del CIB y la secuenciación de manera externa, pero aún se valora esa parte. 

En cuanto al desarrollo del instrumento, subrayó que no existe uno similar validado, ni siquiera en la literatura internacional, debido a que el tema de la microbiota en relación con el proceso saludenfermedad es aún reciente. 

La responsable técnica del estudio mencionó que en agosto de este año esperan iniciar el trabajo de campo. Además, reconoció la acción del gobierno del estado a través del Coveicydet, toda vez que hay muy poco apoyo para la ciencia. 

“El hecho de que este financiamiento sea estatal es muy importante para la investigación en Veracruz, no cabe duda de que fue transparente. Considero que la ciencia es el futuro de una sociedad.” 

La especialista es también integrante de la Red para el Tratamiento y Prevención de la Obesidad, aprobada en 2015 por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), propuesta por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), donde realizó su estancia posdoctoral.