Francia. 22 de octubre del 2020.-Francia extendió hoy los toques de queda a cerca de dos tercios de su población, luego de que se registraran más de 34 mil personas fallecidas por COVID-19 en el país desde el inicio de la pandemia, una de las cifras más altas de Europa, mientras que el número total de contagios asciende a 1,041.991, según la Universidad Johns Hopkins.

Al respecto, el primer ministro francés, Jean Castex anunció que el toque de queda impuesto la semana pasada en París y otras ocho ciudades se extendería a 38 departamentos más, confinando a 46 millones de los 67 millones de habitantes del país en sus hogares desde las 21:00 a 6:00 horas.

“Una segunda ola de la epidemia de coronavirus está en marcha en Francia y Europa. La situación es muy grave”, dijo Castex en una conferencia de prensa.

Después de que Europa parecía haber recuperado cierto control sobre la pandemia tras los dramáticos confinamientos de marzo y abril, un aumento de casos en las últimas semanas ha vuelto a poner al continente en el centro de la crisis.

Si bien las hospitalizaciones y las muertes no han abrumado hasta ahora a los sistemas de salud como durante la ola inicial a inicios de este año, a las autoridades de muchos países les preocupa que la situación esté alcanzando rápidamente un punto de inflexión.

Más de 5,3 millones de personas en toda Europa han contraído COVID-19 y más de 204 mil han muerto, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por su sigla en inglés). Eso se compara con 8,3 millones de casos en Estados Unidos y 7,7 millones en India.

Enfrentando los enormes costos del coronavirus, los líderes europeos están desesperados por evitar repetir los cierres que derrumbaron sus economías. Pero a medida que aumentan los casos y los servicios de salud se ven sometidos a una mayor presión, se vieron obligados a imponer y ampliar restricciones locales para a reducir reuniones públicas a áreas cada vez más amplias.

Con el invierno aproximándose, los servicios de salud miran hacia el futuro con recelo, ya que la ola de pacientes con COVID-19 coincide con las enfermedades respiratorias estacionales habituales. “Ya estamos abrumados”, dijo Bruno Megarbane, jefe de cuidados intensivos del hospital Lariboisiere en París. “Existe el temor de que enfrentemos una situación muy difícil”