En noviembre del 2022 se celebró el 50 aniversario de la Convención de para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), organismo dependiente de las Naciones Unidas (ONU) (UNESCO, 1972). El objetivo de la convención, celebrado en Paris, fue el de establecer que ciertos lugares de la Tierra con un “valor universal excepcional” fueran declarados como patrimonio común de la humanidad (UNESCO, 2021a). Con esto como meta, no solo se reconocían los valores, estéticos, culturales y naturales de ciertos lugares del mundo, sino también se sentaban las bases para su gestión, protección y preservación desde los diversos ámbitos: comunitario, académico, gubernamental. Por tal motivo, se creó la Lista del Patrimonio Mundial, donde cada estado parte puede proponer lugares patrimoniales dentro de su territorio que cumplan con ciertos criterios para su salvaguardia y protección como bienes colectivos de todos los seres humanos. La Lista del Patrimonio Mundial hace una distinción entre lugares del patrimonio cultural, del patrimonio natural y del patrimonio mixto.

En la convención el “patrimonio cultural” se considera según las siguientes categorías:

  • Los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.
  • Los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.
  • Los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza, así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.

Mientras que como “patrimonio natural” se especifican otras características:

  • Los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o por grupos de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico.
  • Las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas que constituyan el hábitat de especies, animal y vegetal, amenazadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico
  • Los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza natural.

El patrimonio mixto, se refiere al reconocimiento dado a lugares patrimoniales cuyos valores culturales y naturales se integran en un mismo espacio mostrando la relación cultura-natura en paisajes culturales de gran valía.

La Lista del Patrimonio Mundial crece continuamente, pues va sumando lugares patrimoniales año con año. Incluye en la actualidad un total de 1.121 sitios (869 culturales, 213 naturales y 39 mixtos) en 167 Estados Partes (UNESCO; 2021b). La Convención, como comúnmente se le llama, es un instrumento que guía las acciones institucionales para la preservación de los sitios culturales, ligándolos con la conservación de la naturaleza. El resultado es la  integración de elementos culturales y ecológicos como parte de un patrimonio común a toda la humanidad (Centro del Patrimonio UNESCO, 2008).

México cuenta con 35 lugares inscritos, de los cuales 27 son culturales, seis naturales y dos mixtos. Nuestra entidad veracruzana figura en la lista, al ser el territorio donde se localizan dos lugares declarados como patrimonio de la humanidad. En 1992, el primer lugar de Veracruz inscrito en la lista fue la ciudad prehispánica de El Tajín (UNESCO; 2022) al cumplir con dos de los criterios relevantes: III aportar un testimonio único, o al menos excepcional, sobre una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida, y el criterio IV constituir un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana. Ambos criterios, se cumplen al ser El Tajín una de las ciudades prehispánicas más importantes de Mesoamérica, con una continuidad cultural con asentamiento de diversas culturas, y cuyos vestigios arquitectónicos denotan una complejidad social, estética y política observada en su traza urbana, sus juegos de pelota, sus relieves, templos y espacios aprovechados.

 

El otro lugar veracruzano que es patrimonio mundial es la Zona de Monumentos Históricos de Tlacotalpan, incluido en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO en 1998 (UNESCO, 2023). Los criterios que hicieron esto posible fueron: el II: atestiguar un intercambio de influencias considerable, durante un periodo concreto o en un área cultural determinada, en los ámbitos de la arquitectura o la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o la creación de paisajes y el IV: constituir un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana. Los criterios se justifican, pues Tlacotalpan situado en la ribera del río Papaloapan muestra un tipo arquitectónico y constructivo que denota un conocimiento tecnológico y armonioso con el paisaje característico de regiones tropicales y caribeñas, además de las diversas influencias culturales observadas en su arquitectura y traza urbana y por el estado de conservación que presentaba.

 

 

En la época del Antropoceno en la que vivimos, los retos y desafíos sociales, naturales, culturales y políticos se acentúan con el cambio climático, la sobrepoblación, la urbanización descontrolada, los desequilibrios sociales, el capitalismo feroz y pandemias mundiales. Ante tales situaciones, el desarrollo sostenible, el reconocimiento a la diversidad cultural, el cuidado ambiental y la gestión sustentable del patrimonio (natural, cultural y mixto) se posicionan como factores inestimables para afrontar los problemas contemporáneos desde lo local. La relevancia de El Tajín y Tlacotalpan supera la historia veracruzana y traspasa fronteras, pues ambos sitios son expresiones culturales materiales del ingenio y la creatividad humana por lo que son patrimonio compartido por toda la humanidad

Referencias:

Centro del Centro Patrimonio UNESCO (2008). Directrices Prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial. Paris: UNESCO. Recuperado de: http://whc.unesco.org/archive/opguide08-es.pdf

UNESCO (2022). Ciudad Prehispánica de El Tajín. Recuperado de: https://whc.unesco.org/es/list/631

UNESCO (1972). Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural 1972. Paris: UNESCO. Recuperado de: http://portal.unesco.org/es/ev.phpURL_ID=13055&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

UNESCO (2021a). Patrimonio cultural. Recuperado de: https://es.unesco.org/fieldoffice/santiago/cultura/patrimonio

UNESCO (2021b). Patrimonio Mundial. Recuperado de: https://es.unesco.org/themes/patrimonio-mundial

UNESCO (2023), Zona de monumentos históricos de Tlacotalpan. Recuperado de: https://whc.unesco.org/es/list/862