México, 24 de agosto.- Debido al estrés, muchas personas recurren a diversos hábitos que aunque pareciera, nos relajan, la realidad es que nos podrían causar un daño grave a futuro, como por ejemplo, tronarse los dedos.
Es una costumbre muy frecuente, sin embargo especialistas aseguran que al hacerlo es “casi seguro” que a largo plazo puedas causarte algún problema en las articulaciones.
El presidente del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España, Miguel Villafaina Muñoz, explicó que es casi seguro que crujirse los dedos de las manos esté relacionado con la artritis, pese a que aún hay controversia al respecto.
Señala que cuando se hace un estudio general, todos los casos coinciden en que las personas que han tenido alguna inflamación o artritis corresponden con personas que a lo largo de su vida se han chascado los dedos.
“La relación que tiene es que aquellos que puntualmente hacen crujir sus articulaciones pueden tener artritis. Si lo hacen muy reiteradamente a lo largo de la vida pueden tener un proceso degenerativo que se llama artrosis”, advierte el experto.
Tronarse los dedos a menudo tiene efectos secundarios. Estos se corresponden con una debilidad muscular y sobre todo con una inflamación y dolor en la articulación. Ya con el tiempo apunta a problemas en el cartílago.
“Una cosa que es preocupante es que puede generar inestabilidad articular. En las articulaciones hay un equilibrio de las partes que lo configuran. Éstas tienen su tensión normal y el crujirse los dedos puede generar que ésta se deteriore y hacer que los dedos se vuelvan inestables”, alerta.
¿Qué se produce cuando se truenan los dedos?
El presidente del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España subraya que ese ruido que se percibe es una ‘pompa’ que se explota.
“Cuando se produce una separación de los huesos, que están juntos o unidos por elementos de parte blanda, al separarse hay líquido senovial, que genera gases de dióxido de carbono. Cuando hay una separación queda un espacio, porque está ocupado generalmente por una cantidad de líquido, y lo suele ocupar ese aire. Y con esos gases al intentar forzar para que cruja estallan como si fueran globitos, eso es lo que suena”, explica el experto.
Según precisa, esta situación también se daría cuando por ejemplo se mueven los pies y suenan inconscientemente y sin forzar. “En muchas personas este acto genera placer y al que está al lado un repelús tremendo”, bromea Villafaina, a la vez que especifica que destaca que se sacan más tabas los hombres que las mujeres ya que, generalmente, estos tienen la musculatura “más tosca”, mientras que la de la mujer es “más laxa”.
Con información de Excélsior.