- Lo determinó un estudio hecho por Yoshimar Rodríguez Méndez, egresada de la Facultad de Psicología de la UV
- La funcionalidad, disfuncionalidad o cohesión familiar no influyen en estas alteraciones
- Por el contrario, la familia es fuente de bienestar con respecto a la calidad de vida, aseguró
Claudia Peralta Vázquez
02/04/2020, Xalapa, Ver.- Contrario a lo que se pensaba, la funcionalidad, disfuncionalidad o cohesión familiar no están relacionados ni influyen directamente en los trastornos de ansiedad y depresión que afectan a una persona, pues más bien éstos se asocian a cuestiones de personalidad y aspectos biológicos.
Así lo expuso Yoshimar Rodríguez Méndez, egresada de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), al referirse a su trabajo de tesis “Cohesión y adaptabilidad familiar, y su relación con respecto a la calidad de vida y la sintomatología ansiosa y depresiva”.
Comentó que a nivel mundial ha habido un incremento considerable de padecimientos neuropsiquiátricos, entre los que se encuentran la ansiedad y depresión.
Por ello, a través de su proyecto de investigación quiso abonar a la ciencia y determinar cuáles son los aspectos familiares que repercuten en esta sintomatología ansiosa y depresiva, sobre todo en población comunitaria, no hospitalaria y sin un trastorno definido.
El cuestionamiento que se hizo fue: ¿qué tanto esa población tiende a padecer esos síntomas y qué tanto están relacionados con el aspecto familiar y calidad de vida?
Dio a conocer que dentro del estudio participaron 250 usuarios del Centro de Salud “Gastón Melo” de esta ciudad. Del total, 134 eran mujeres y 116 hombres.
El objetivo principal, dijo, fue reportar la relación que guardan la calidad de vida, frecuencia e intensidad de síntomas ansiosos y depresivos, con los tipos de cohesión y adaptabilidad familiar reportados por una muestra de adultos entre los 18 y 60 años.
Mediante un taller al que se les invitó a participar, se emplearon ciertos instrumentos como la aplicación de cuestionarios para medir la funcionalidad familiar, la cual está dividida en: cohesión y adaptabilidad familiar.
La primera se refiere a los vínculos o relaciones emocionales entre los miembros; mientras que la segunda es entendida como una habilidad del sistema familiar para cambiar su estructura, roles y las reglas, en respuesta al estrés ante situaciones de crisis propias de ciclo de vida.
“Medimos qué tanto esos síntomas están presentes en la población y los relacionamos con la estadística.”
Yoshimar Rodríguez expresó que, de acuerdo con la literatura, la familia es la encargada de brindar protección y apoyo ante una situación de alteración psicológica, o en dado caso puede ser la encargada de ese malestar.
Es así como los resultados del estudio, también expuestos como «trabajo libre» dentro del Congreso Colombiano de Psicología, en septiembre de 2019, arrojaron que no importa el grado de disfuncionalidad o funcionalidad familiar, si tiene cohesión o adaptabilidad.
“No importa porque no es fuente de ese malestar psicológico ni de la sintomatología ansiosa y depresiva, igual puedes padecer o no síntomas ansiosos o depresivos.”
La egresada de la UV subrayó que estas alteraciones están más relacionadas a cuestiones de personalidad o a algún aspecto biológico.
Sin embargo, la investigación permitió observar que la familia sí es fuente de bienestar con respecto a la calidad de vida. Es decir, la cohesión, unión familiar y la relación entre sus miembros deriva en sensaciones y relaciones más estables.
Por lo tanto, la familia no es predictora de malestar, pero sí de bienestar para las personas.
Aseveró que en realidad no esperaba esos resultados, pues en un principio pensó que la dinámica familiar influye en la sintomatología psicológica, pero resultó ser lo contrario.
Aunque dentro del estudio no se registraron síntomas elevados de ansiedad y depresión, los que se identificaron fueron canalizados al mismo centro de salud para su valoración psicológica.