- Expresaron especialistas durante su participación en la tercera sesión del Webinar Internacional “Educación y equidad en tiempos de Covid-19”
“No podemos dar por sentado que todos los estudiantes cuentan con todos los servicios para seguir sus clases desde casa, si el ambiente familiar es propicio para el estudio o si difiere del ambiente que le propicia la escuela para realizar sus actividades”
Paola Cortés Pérez
Xalapa, Ver.- Académicos de la Universidad Veracruzana (UV) y del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Unidad Occidente, expresaron que una evaluación con equidad es considerar las condiciones sociales, económicas y culturales de los estudiantes.
El cuerpo académico (CA) Educación y Equidad de la UV realiza el Webinar Internacional “Educación y equidad en tiempos de Covid-19”, y el jueves 7 de mayo se efectuó la Sesión 3 “¿Cómo evaluar con equidad en tiempos de la pandemia? Una mirada desde México”.
En mesa de análisis participaron Luis Alberto Montejo Sánchez, de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI, perteneciente a la UV); Marcela Mastachi Pérez, de la UV, y Verónica Ortiz Méndez, del CIESAS-Occidente.
Luis Alberto Montejo expresó que cuando se habla de una evaluación con equidad se debe partir de las condiciones sociales y culturales de los destinatarios de las prácticas educativas; es decir, de las diferencias y desigualdades que en esta situación sanitaria se notan con mayor impulso.
El principal reto que se tiene en estos momentos de contingencia es ya no ignorar que los estudiantes del medio rural, sobre todo los provenientes de los pueblos originarios, presentan las mayores desventajas en el aprendizaje y en la evaluación tradicional.
“No podemos dar por sentado que todos los estudiantes cuentan con todos los servicios para seguir sus clases desde casa, si el ambiente familiar es propicio para el estudio o si difiere del ambiente que le propicia la escuela para realizar sus actividades.”
Los profesores, enfatizó, tienen que ser sensibles a las realidades de sus estudiantes, de tal manera que las condiciones actuales demandan una mayor flexibilidad.
“Atender los procesos individuales es fundamental en estos momentos y no centrarnos en los resultados del producto, sino en lo que cada joven ha logrado avanzar en función de las condiciones que tienen. La apuesta es que existan estrategias de evaluación diversificadas, que cumplan con el propósito de apoyar el aprendizaje y no enfatizar el resultado.”
En tanto, Verónica Ortiz mencionó que deben considerarse diferentes elementos al momento de evaluar: cómo viven los jóvenes la cuarentena y/o el trabajo desde casa; el acceso a medios de comunicación (Internet, computadora, fotocopiadora), y los roles de género. Puede ser que los estudiantes varones estén ayudando a llevar sustento a sus casas y las mujeres –de nueva cuenta– realizan labores domésticas.
“Todo esto debe ser considerado por los profesores al encargar actividades o al momento de evaluar a los jóvenes, así que debemos procurar no dejar atrás a los estudiantes que viven en mayores condiciones de vulnerabilidad.”
Aunque las instituciones de educación superior han resuelto con clases y trabajos en línea, lo cierto es que tiene que analizarse si los estudiantes han podido seguir el ritmo que llevan las universidades.
“Lo que nos convendría valorar son los aprendizajes próximos, aquéllos no establecidos en los programas educativos que son generados por situaciones, momentos o en esta tapa de pandemia.”
Finalmente, Marcela Mastachi mencionó algunos criterios de evaluación: además de las evidencias o productos de aprendizaje, se deben establecer claramente los lineamientos y criterios de evaluación.
Asimismo, elaborar instrumentos de evaluación para cada evidencia, para ello recomienda usar escalas de valoración, listas de cotejo y rúbricas. Todo esto debe ser del conocimiento de los estudiantes desde que es planteada la solicitud de actividades, evidencias o productos de aprendizaje.