- Los distintos tipos de crianza influyen directamente en sus niveles de autoestima, rendimiento escolar y bienestar psicológico, explicó la investigadora Alma Gloria Vallejo Casarín
- Si bien ser padre es saber amar, a veces es necesario traducir este amor en disciplina por el bienestar de los hijos
Los hijos de padres autoritativos tienen una alta autoestima y buen rendimiento escolar, presentan pocos problemas psicológicos, se llevan bien con los demás y se alejan de las conductas de riesgo
Carlos Hugo Hermida Rosales
Xalapa, Ver. Alma Gloria Vallejo Casarín, catedrática e investigadora de la Facultad de Psicología de la región Poza Rica-Tuxpan de la Universidad Veracruzana (UV), mencionó que la educación que los padres brindan a sus hijos influye directamente en sus niveles de autoestima, rendimiento escolar, bienestar psicológico y conductas de riesgo y social durante la infancia y la adolescencia.
La académica impartió el 2 de junio la conferencia virtual “La familia y las relaciones entre padres e hijos”, dentro de las Tardes de Ciencia organizadas por la Dirección General de Investigaciones (DGI) de la UV.
Gloria Vallejo explicó que el proceso de socialización comprende la transmisión de cultura entre generaciones, en donde participan de manera importante los adultos, en especial los padres, quienes enseñan a sus hijos los distintos roles, les transmiten fuentes de significado y les muestran el valor de diversas cosas como el dinero, la educación y la honestidad.
“Dentro de este proceso los padres deben atenderles el control de sus impulsos, acorde a la forma socialmente establecida”, puntualizó.
Mencionó que por la forma de educar a sus hijos sobresalen cuatro tipos de padres: autoritativos, permisivos, autoritarios y negligentes.
Detalló que los padres autoritativos les exigen a sus hijos, sancionan cuando es necesario, ponen reglas claras y fomentan en ellos la individualidad y la autonomía; por su parte los permisivos tienen poca exigencia, pautas difusas, rara vez aplican sanciones y aunque permiten comportamientos individuales no impulsan acciones autónomas.
A su vez los autoritarios tienen una alta exigencia y muchas reglas estrictas, pero impulsan poco la autonomía e individualidad; finalmente los negligentes presentan escasas exigencias y usan rara vez reglamentos y sanciones.
La investigadora compartió que, de acuerdo con diversos estudios, los hijos de padres autoritativos tienen una alta autoestima y buen rendimiento escolar en la infancia y adolescencia, presentan pocos problemas psicológicos, se llevan bien con los demás y se alejan de las conductas de riesgo.
Los chicos con padres permisivos poseen alta autoestima pero bajo rendimiento escolar, su bienestar psicológico es bueno en la niñez y baja en la adolescencia, y tienen conductas de riesgo.
Los padres autoritarios educan hijos que presentan buen rendimiento escolar pero baja autoestima, además de cuadros de depresión y angustia y problemas de conducta que se acentúan en la adolescencia, etapa en la que se vuelven muy críticos con los demás, aunado a esto tratan de evitar el riesgo.
Finalmente, los hijos de padres negligentes tienen autoestima, rendimiento escolar y bienestar psicológico bajos, gustan de las conductas de riesgo y no se preocupan por la felicidad colectiva.
La docente declaró que si bien ser padre es saber amar, a veces es necesario traducir este amor en disciplina por el bienestar de los hijos.