• “La dificultad respiratoria de los pacientes hace que tengan un nivel bajo de oxígeno, el cual si no llega al cerebro produce daño cerebral”: David Szydlo Kon 

 

Gabriela Nery Pego (moderadora) y David Szydlo Kon, durante la charla sobre los impactos del COVID-19 en el cerebro

Gabriela Nery Pego (moderadora) y David Szydlo Kon, durante la charla sobre los impactos del COVID-19 en el cerebro

José Luis Couttolenc Soto 

Xalapa, Ver.- El reconocido científico especialista en psiquiatría David Szydlo Kon, ofreció el 3 de junio la charla virtual “Salud mental en tiempos de COVID-19”en la que presentó algunas reflexiones sobre esta enfermedad, su relación con el cerebro, problemas emocionales, la salud mental, impacto en los jóvenes y la familia, así como estrategias de prevencióna través de la página web de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), a la cual pertenece la Universidad Veracruzana. 

Al inicio de su plática y apoyado en imágenes tractográficas, el presidente de la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría, habló de la complejidad y poder del cerebro que, dijo, cada segundo se encarga de recibir, procesar y generar respuestas adecuadas, basadas en la razónde millones de estímulos “para poder vivir una vida que tenga cierta lógica y permitaademásresolver situaciones a las que estamos siendo enfrentados”. 

El cerebro, explicó, está relacionado con todo lo que hacemos los seres humanos sentimientos, emociones, los sentidos, pensamientos, recuerdos y las reacciones que se tienen a la cantidad de estímulos “tanto del mundo externo como del interno” y controla también la respiración, latidos del corazón y otras funciones del cuerpo, los movimientos voluntarios de los músculos e involuntarios (como los provocados por el hipo y la tos).

Sistema nervioso, compleja red de comunicación
Utilizando un lenguaje sencillo para la fácil comprensión, Szydlo Kon mencionó que el ser humano cuenta con un extraordinario procesador: el sistema nervioso, al que calificó como una “compleja red de comunicación interna del organismo” integrada por 150 mil kilómetros de conectividad neuronal “si pusiéramos una neurona detrás de la otra, eso mediría; la Tierra tiene 40 mil kilómetros de circunferencia, por lo que el sistema nervioso de un ser humano puede darle casi cuatro vueltas al planeta. 

El investigador destacó que en microsegundos el sistema nervioso procesa millones de estímulos que nos permiten funcionar como lo hacemos. “El cerebro tiene 80 millones de neuronas, que equivalen a la mitad de las estrellas que hay en la vía láctea; hay más neuronas en un ser humano que seres humanos sobre la Tierra, lo que habla de la enorme posibilidad del cerebro, aunque la cantidad de neuronas que una persona posee no define su grado de inteligencia, eso tiene que ver con la conectividad”. 

En su disertación a través del canal de YouTube de ANUIES, el neuropsiquiatra y psicoanalista pretendió esclarecer cómo el SARS CoV-2 ha cambiado la manera de vivir de los seres humanos en el mundo y el porqué de la preocupación actual por la salud mental, así como lo que se espera luego de la pandemia. 

Señaló que el coronavirus está compuesto de un ARN (ácido ribonucleico), membrana lípido coprotéica que contiene proteínas, azúcares y grasas con tres proteínas (S, E y N) que complican el descubrimiento de medicamentos y vacunas para contrarrestarla; de manera coloquial precisó que las células del ser humano tienen una enzima convertidora “que es la llave de la que se agarra el virus para penetrar en la célula; ya dentro de ella utiliza la genética humana para replicarse y luego destruir esa célula, liberando grandes cantidades de virus que infectan las demás células”.

Cómo afecta el cerebro
La enzima convertidora, que no se localiza únicamente en el tracto respiratorio sino también en el estómago, intestinos, hígado, riñones y cerebro, infecta rápida y gravemente el pulmón y aceleraría el sistema inmunológico causando una inflamación que ocasionaría coágulos que llevan el riesgo de dañar el corazón, pulmones o el cerebro causando una embolia, como sucede con algunos pacientes COVID en condiciones graves pues al tener dificultades respiratorias la baja oxigenación del cerebro ocasiona daño en el mismo. 

Refirió que se ha reportado una mayor incidencia de accidentes cerebro-vasculares, en los que algunos pacientes presentan convulsiones con sintomatología de pérdida del olfato, del sabor y la vista, así como otros síntomas neurológicos en donde los mareos y cefalea se encuentran entre los más comunes, aunque se tiene conocimiento de que en otros casos empeora enfermedades existentes, como el síndrome de GuillainBarré, padecimiento que puede ocasionar parálisis temporal.

Cómo afecta la mente
La enfermedad por COVID-19 también tiene afectaciones colaterales en la mente, manifestándose en ansiedad, duelo (no necesariamente por la pérdida de la vida, sino de muchas otras cosas más que están ocurriendo con el confinamiento), depresión, obsesiones y las fobias, pero lo que preocupa más son las reacciones agudas al estrés y el desarrollo del trastorno de estrés postraumático (TEPT), “ambos fenómenos mentales a los que nos estamos enfrentando, y en las universidades en donde los jóvenes, maestros, administradores y demás personal que labora en ellas no están libres de enfrentar todos estos problemas”. 

Sin embargo, Szydlo Kor dio a conocer que se ha empezado a estudiar un anticuerpo neutralizador monoclonal que si bien no será útil para el desarrollo de una vacuna, sí se puede utilizar para el potencial tratamiento de pacientes con COVID ya que, según lo observado, cumple con tres parámetros que han demostrado su capacidad neutralizadora del SARSCoV-2; indicó que este anticuerpo neutralizador tiene el potencial de alterar el curso de la infección en el huésped afectado”. 

Por último, expresó que las crisis son una mezcla de peligro y oportunidad, que el distanciamiento social no significa distanciamiento emocional y que la mente tiene la capacidad de manejar esto y mucho más. 

Por su parte el Secretario General Ejecutivo de ANUIES, Jaime Valls Esponda, consideró que la plática era necesaria por la relación que tiene la enfermedad de COVID-19 con el cerebro, los problemas emocionales y la salud mental, haciendo énfasis en los jóvenes y las familias. 

Como moderadora fungió Gabriela Nery Pego, directora de Educación Continua y Capacitación de ANUIES.