EL ÁGUILA REAL Y EL PASTIZAL

Marie-Stéphanie Samain1,* y Esteban Manuel Martínez Salas2

1 Centro Regional del Bajío, Red de Diversidad Biológica del Occidente Mexicano, Instituto de Ecología, A.C.,

* mariestephanie.samain@inecol.mx

2 Herbario Nacional de México, Universidad Nacional Autónoma de México

 

El billete de 200 pesos mexicanos que empezó a circular en septiembre 2019 tiene un significado emblemático para los mexicanos. En el anverso observamos al padre de la patria, Miguel Hidalgo y Costilla, quien inició la guerra de la independencia y el autonombrado “Siervo de la Nación” José María Morelos y Pavón, quién pronunció los Sentimientos de la Nación. En el reverso de este billete encontramos la especie que representa el escudo nacional, el águila real, en el ecosistema que prefiere para su alimentación, el pastizal en zonas áridas y semiáridas (Fig. 1). Esta comunidad vegetal está representada por una imagen de la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar en Sonora, nombrado Patrimonio natural de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Figura 1: Reverso del billete de 200 pesos mexicanos (Fuente: VictorHVM / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:ReversoBillete200PesosMexicanos.png).

Los pastizales son comunidades de plantas herbáceas muy pequeñas (hasta 10 cm de alto), cuyos elementos dominantes pertenecen a la familia Gramíneas (Miranda y Hernández X., 1963). Tanto los climas áridos y semiáridos como los suelos con pocos nutrientes donde ocurren los pastizales limitan el crecimiento de las plantas en estas comunidades con respecto a su tamaño, aunque crean condiciones únicas para el establecimiento de una gran diversidad de flora y fauna.

Figura 2: Pastizal alterado por ganadería (Autor: Leonel Ruíz Paniagua).

El motivo de usar este billete como introducción es porque queremos destacar la importancia de los pastizales semiáridos como hábitat del águila real, quien por su gran envergadura necesita áreas abiertas y extensas para cazar sus presas, como conejos, liebres, serpientes, zorros, codornices, etc., quienes tienen una alta incidencia en este ecosistema. Sin embargo, este tipo de vegetación está gravemente amenazado, no solo por cambio de uso de suelo (Fig. 2), sino también por proyectos de “restauración” inadecuados, ejecutados por falta de coordinación entre distintas instancias gubernamentales e incluso por falta de conocimiento de la fisonomía, los valores únicos y características específicas de esta comunidad vegetal.

La zona más meridional en México donde podemos encontrar pastizales semiáridos es la región de Tepelmeme, Oaxaca (Fig. 3), y una porción de ésta se encuentra en el sur de la Reserva de la Biosfera del Valle de Tehuacán-Cuicatlán, Patrimonio natural de la humanidad, al igual que la Reserva observada en el billete de 200 pesos. Un estudio reciente demostró que los pastizales de esta región ostentan el récord mundial de diversidad florística, con 25 especies de plantas vasculares en un cuadrante de 0.1 × 0.1 m (Martorell et al., 2017). Además, se están realizando estudios para documentar que existe una pequeña población residente de águila real en esta zona.

Figura 3: Pastizal conservado en Tepelmeme, Oaxaca, dentro de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (Autor: Esteban Manuel Martínez Salas).

Supuestamente para recuperar el ecosistema, se aplicaron programas de reforestación en esta área donde nunca existieron bosques, con especies que igual jamás habitaron naturalmente la región, como son los pinos (Fig. 4). De esta manera, miles de hectáreas de vegetación primaria bien conservada han sido o están en proceso de ser reemplazadas por bosques de pino, usando maquinaria pesada. Como consecuencia, las extensas superficies requeridas por el águila real para cazar sus presas desaparecieron o están desapareciendo, poniendo en riesgo la sobrevivencia de su población más meridional en el continente americano. Es urgente que las autoridades ambientales sean tomadas en cuenta y que además se consulta a los científicos que trabajan en esta zona, quienes documentaron esta gran riqueza de flora y fauna en la región. Es apremiante que las autoridades que ejecutan los programas de desarrollo comprendan que el pastizal semiárido primario es imprescindible para el águila real, ya que, aunque a primera vista no hay relación, sus presas dependen del pastizal y esta misma comunidad ofrece los grandes espacios abiertos que el símbolo patrio necesita para cazar y sobrevivir.

Agradecemos al personal de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, especialmente a los Biól. Letica Soriano Flores y Fernando Reyes Flores.

Figura 4: Imagen satelital donde se observan las plantaciones de pinos como manchones verdes al suroeste de Tepelmeme, Oaxaca (Fuente: Google Earth).

 

Referencias

Martorell, C., V. Zepeda, A. Martínez-Blancas, D. García-Meza y F. Pedraza. 2017. A diversity world record in a grassland at Oaxaca, Mexico. Botanical Sciences 95(1): 1-7. DOI: http://dx.doi.org/10.17129/botsci.689

Miranda, F. y E. Hernández X. 1963. Los tipos de vegetación de México y su clasificación. Boletín de la Sociedad Botánica de México 28: 29-179. DOI: https://doi.org/10.17129/botsci.1084

 

Pies de figura

Figura 1: Reverso del billete de 200 pesos mexicanos (Fuente: VictorHVM / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:ReversoBillete200PesosMexicanos.png).

Figura 2: Pastizal alterado por ganadería (Autor: Leonel Ruíz Paniagua).

Figura 3: Pastizal conservado en Tepelmeme, Oaxaca, dentro de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (Autor: Esteban Manuel Martínez Salas).

Figura 4: Imagen satelital donde se observan las plantaciones de pinos como manchones verdes al suroeste de Tepelmeme, Oaxaca (Fuente: Google Earth).