- El investigador emérito y fundador del Instituto de Ecología impartió conferencia a la comunidad de la Universidad Veracruzana Intercultural
- “Hay una falta de respeto del ser humano hacia la biodiversidad”, afirmó el ponente
“El desarrollo sustentable es por definición aquel que permite que las generaciones futuras cosechen lo mismo que nosotros, que tengan el mismo medio de subsistencia que nosotros. No es nada fácil, pero de ello depende una cultura, suele ser un desarrollo rústico porque emplea procesos no forzosamente mecanizados que son menos eficientes, pero lo que se desea con este modelo de desarrollo no es la eficiencia sino la continuidad, la estabilidad”
David Sandoval Rodríguez
Xalapa, Ver.- No es posible tener un modelo único de desarrollo sustentable porque este concepto se genera a partir de la cultura particular que lo elabora y lleva a la práctica, advirtió Gonzalo Halffter Salas, investigador del Instituto de Ecología, A.C. (Inecol), en conferencia virtual impartida a la comunidad de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI).
Con el título “La importancia de la biodiversidad para los ecosistemas”, el investigador nacional emérito y ganador de la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana 2002, abordó los diversos cambios que han ocurrido en el desarrollo de la civilización, relacionados al crecimiento de la población y la obtención de recursos para su sustento.
La conferencia se impartió por la plataforma UVZoom y estuvo moderada por los académicos Antonio Farreny Gómez-Puente y Norma Edith Loeza García, de la UVI sede Grandes Montañas, quienes compartieron las preguntas y comentarios de los participantes.
Halffter Salas planteó que es muy interesante estudiar el fenómeno de por qué el hombre destruye a la naturaleza, cuando hay culturas que la preservan.
Insistió en que lo que ocurre en el ambiente depende de lo que hacemos cada uno de nosotros porque como individuos tenemos una posición distinta con respecto a la naturaleza.
“Por ejemplo, el manejo de la basura y cómo permitimos que contamine; en ese sentido debemos pensar en la conservación de la naturaleza y un nuevo concepto: el desarrollo sustentable, que depende de cada cultura, porque éste es diferente para cada cultura”, puntualizó.
El debate académico ha derivado en proponer una solución óptima, sin embargo, advirtió que lo que se ha llamado desarrollo sustentable no es un término fácil.
“El desarrollo sustentable es por definición aquel que permite que las generaciones futuras cosechen lo mismo que nosotros, que tengan el mismo medio de subsistencia que nosotros. No es nada fácil, pero de ello depende una cultura, suele ser un desarrollo rústico porque emplea procesos no forzosamente mecanizados que son menos eficientes, pero lo que se desea con este modelo de desarrollo no es la eficiencia sino la continuidad, la estabilidad”, explicó el investigador del Departamento de Biodiversidad y Ecología Animal del Inecol.
Respecto a si sería correcto homogeneizar el desarrollo sustentable, el investigador planteó que “la diversidad es parte de la vida humana; entonces, aceptar la diversidad es parte de la diversidad, no es un juego de palabras”, recalcó.
Mencionó cómo esta definición es cambiante y lo ejemplificó con lo sucedido en décadas pasadas en la entidad: “Ustedes deberían de saber que el Estado ha pagado por desmontar y en Veracruz, que era un estado con un 60 por ciento de bosques, ahora se tiene un 10 por ciento, indudablemente que por la ganancia fácil ha existido el deseo malévolo de destruir y esto no ha beneficiado a nadie”.
El creador del concepto “reservas de la biósfera” expresó que el hombre, como especie que habita en distintas latitudes hoy en día, no entiende a su diversidad, “mientras que el hombre primitivo, que no tiene que serlo bajo ningún punto de vista, cuenta con notables ejemplos de lo opuesto, como en las islas del Pacífico donde conviven con 100 especies”.
Halffter Salas recalcó que “hay una falta de respeto del ser humano hacia la biodiversidad. Piensen que en el siglo XIX en los Estados Unidos había gran cantidad del ave conocida como pichón migratorio y millones de búfalos, y a principios del siglo XX no quedaban muchos, sólo algunos en los zoológicos”.
Explicó que a medida que las poblaciones van creciendo ocurren una serie de innovaciones, hay más recursos y mayores comodidades, pero eso tiene un límite, “no es lo mismo pensar que el hombre como especie sea feliz con dos millones de habitantes, a que el hombre sea feliz con ocho mil millones de habitantes, y es en este sentido que todo tiene un límite definido y estamos cerca de ese límite, pero ¿se puede vivir reduciendo la calidad de vida? No, se tiene que vivir de otra manera”.
Hay un punto donde se enfrentan el desarrollo sustentable y el desarrollo económico, básicamente porque “no podemos crecer indefinidamente, nada puede crecer así, es un absurdo y tiene que haber un límite para la población; además, nada justifica el abuso de los recursos naturales, lo han hecho los sistemas coloniales y se han buscado justificaciones para ello”.
Ante la pregunta sobre cómo evitar el saqueo en las áreas naturales protegidas, recordó que se han tomado distintas decisiones, a veces el gobierno ha apoyado a quienes evitan el saqueo y en otras ocasiones los ha metido a la cárcel, planteó el académico, quien propuso que las personas que viven en el lugar se organicen y hagan respetar sus derechos.
“Es muy propio del pensamiento indígena el conservar áreas totalmente intactas, muchos pueblos indígenas lo hacen y nosotros no lo estamos inventando”, subrayó.
“El mundo es muy diverso y distinto, en algunos países sí se respeta el desarrollo sustentable, en otros hay dictaduras muy poderosas, ajenas a este enfoque”, dijo el investigador con respecto a las posibilidades de volver al desarrollo sustentable un elemento crucial de las políticas implementadas a nivel nacional en los países.