- El principio de estudio de la conciencia radica en una frase: “el fenómeno de darse cuenta y el conocer”, dijo Javier Sánchez, miembro del Centro de Investigaciones en Ciencias Cognitivas de la UAEM
- Participó en el seminario permanente del cuerpo académico Psicología, Desarrollo, Salud y Educación, de la Universidad Veracruzana
David Sandoval Rodríguez
Xalapa, Ver.- A pesar de que no existe evidencia sólida respecto a la existencia de la conciencia, la investigación científica puede observar diversas áreas del cerebro humano que se activan cuando se realiza la percepción de un fenómeno externo o interno, señaló Javier Sánchez López, del Centro de Investigaciones en Ciencias Cognitivas (Cincco) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
El académico es responsable del Laboratorio de Psicología Cognitiva de dicho centro e impartió la conferencia “El qué y el cómo de la conciencia perceptual” en el seminario permanente del cuerpo académico (CA) Psicología, Desarrollo, Salud y Educación, adscrito a la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV).
“La conciencia es una cosa que utilizamos a diario y nos permite, seguramente, la supervivencia; pareciera que hay otras especies en las que no hemos encontrado evidencia de conciencia, pero podemos suponer que existe, nos es más fácil estudiarla entre humanos porque tenemos un lenguaje común y podemos compartir nuestras experiencias”, reconoció.
La existencia y el concepto mismo de qué significa la conciencia sigue siendo una discusión entre filósofos y científicos de corte empírico, agregó.
Una de las aproximaciones que se tienen de la conciencia es concebirla como una experiencia fenomenológica que es también subjetiva, “la gran pregunta es por qué los organismos tienen experiencias subjetivas, cómo se responde esta pregunta depende de varias aproximaciones”.
Hay una línea de investigación que la califica como “científicamente inexplicable” y se basa en el elemento subjetivo de la conciencia, “porque no se puede acceder a la conciencia de otra persona sino a través de lo que esa persona reporta, que además es una interpretación estructurada del fenómeno que está ocurriendo, pero eso no es propiamente la conciencia”.
Por otro lado, está la corriente que considera que la conciencia es mensurable y para ello analiza modos de expresión específicos de la conciencia en la realidad.
Sánchez López precisó que existe la conciencia perceptual, relacionada “con el darse cuenta de los fenómenos internos y externos al individuo a través de mecanismos senso-perceptuales; un ejemplo claro es cuando a través de los ojos y el sistema visual del que forman parte puedo observar cambios de luz en el entorno”.
El investigador recalcó que “el principio de estudio de la conciencia radica en una frase: ‘el fenómeno de darse cuenta y el conocer’ ”.
En tal sentido, apuntó que estudiar la temporalidad y los mecanismos neuronales que suceden en el proceso permite explicar una parte del problema general de la conciencia.
Para detallar más, habló sobre el término qualia, que se refiere “a las cualidades subjetivas de las experiencias individuales, por ejemplo la rojez del rojo o lo doloroso del dolor, son inefables porque el otro no puede saber cómo está sucediendo la rojez en mi interior”.
Javier Sánchez apuntó como una característica importante de los “qualia” considerarlos la unidad básica que constituye el primer elemento de la experiencia de la conciencia y para el estudio de la conciencia fenoménica se hace referencia a los “qualia”, principalmente en el campo de las sensaciones.
Ejemplificó la dificultad para analizar la conciencia con el caso de los sueños, dado que durante éstos, “las ensoñaciones son conscientes de lo que sucede porque tenemos una participación activa, que no es física pero sí es mental”.
Planteó que el investigador Giulio Tononi propuso en 2004 que la conciencia surge de la interconexión intrínseca y medible de sus redes cerebrales.
Por ello se han desarrollado investigaciones que analizan la existencia de un área en el cerebro para la conciencia, algunas hipótesis proponen un patrón de conectividad y se ha demostrado que los procesos dependen de una conexión efectiva y funcional entre diversas áreas del cerebro.
Ante la pregunta cómo funciona la conciencia, Sánchez López dijo que “es un espacio neuronal global, cuyo elemento fundamental es ser información integrada, que tiene como cualidades la diferenciación y la integración para hacerla coherente, esto explicaría por qué cuando se estudian diferentes fenómenos de la conciencia se encuentran áreas y redes diferentes del cerebro que se activan”.