Plantas especializadas a suelos calizos y suelos volcánicos
Elda Catalina Flores-Galván y Klaus Mehltreter
Red de Ecología Funcional
Palabras clave: suelo, helecho, caliza
Resumen: Existe una enorme diversidad de suelos y de plantas en el mundo. Muchas plantas se han especializadas a un tipo de suelos. Se presentan algunos helechos especializados.
Desde su germinación, las plantas terrestres están enraizadas en el suelo y se desarrollan durante toda su vida en ello. El suelo tiene que proveerlas con casi todas sus necesidades: sostén, agua y nutrientes. Solo el aire, especialmente el dióxido de carbono (CO2) que es indispensable para la fotosíntesis y el oxígeno (O2) que se requiere para la respiración, absorben las plantas con sus hojas.
Por esta enorme dependencia del suelo, no hay que sorprenderse de que las plantas prefieren suelos ricos de nutrientes como el nitrógeno (N), el fosforo (P) y el potasio (K), con buena retención de agua, pero también con buen drenaje. Otra característica del suelo que influye especialmente en la disponibilidad de los nutrientes es el valor de pH que mide la acidez o alcalinidad de la solución acuosa en el suelo. Valores neutros con un pH de 7 como ocurren en suelos calizas son benéficos para la mayoría de las plantas porque les da mayor acceso a los nutrientes en el suelo. Sin embargo, suelos calizos drenan el agua rápidamente y pueden ser relativamente secos y tienen poco fosforo disuelto. Valores de pH más ácidos (<3-6) como pueden ocurrir en suelos volcánicos conservan mejor la humedad, pero pueden causar dos problemas, una disminución de la disponibilidad de muchos nutrientes y un aumento de toxicidad por aluminio y metales pesados que entran en solución. En consecuencia, ninguno de los suelos provee todas las ventajas al mismo tiempo.
Como las plantas no pueden moverse del lugar para encontrar mejores condiciones de suelo, se han adaptado a diferentes tipos de sustrato, unas sobre suelos volcánicos y otras sobre suelos calizos. Esta especialización puede ser de tal grado que ya no son capaces de crecer sobre otro tipo de suelo, lo que les limita en su distribución, pero les da ventajas cuando germinan sobre el suelo a cuál se adaptaron. Estas especies de plantas también se usan como indicadoras para detectar el tipo de suelo sin tener ninguna mayor investigación o excavación. Los helechos no han sido la excepción en haberse adaptados a diferentes tipos de suelo, y unas especies indicadoras de suelos calizos son el helecho de llave (Llavea cordifolia, Fig. 1) y el helecho de culantrillo (Argyrochosma formosa, Fig. 2). Por su dispersión por medio de diminutas esporas que vuelan por el aire, esas especies logran colonizar nuevas áreas lejanas de su lugar de crecimiento, siempre y cuando sean de suelo calizo y con suficiente humedad. Por crecer en suelos calizos ricos en calcio (Ca), sus hojas también contienen mayores concentraciones de este nutriente, y aunque en el suelo calizo hay poco fosforo disuelto, logran absorber lo suficiente para poder subsistir.
Del otro lado, el helecho de mil alas (Myriopteris lendigera) es una especie especializada a suelos volcánicos. En este tipo de sustrato las plantas tienen mayor disponibilidad de fósforo, un macronutriente indispensable y de manganeso (Mn), un micronutriente esencial para el crecimiento y la reproducción de las plantas. Como el manganeso solo es necesario en pequeñas cantidades, en suelos volcánicos puede ocurrir en concentraciones excesivos que pueden desencadenar distintos problemas, como el impedir la absorción de otros elementos esenciales o inhibir la biosíntesis de clorofila.
Aunque en suelos muy ácidos (pH < 4), la toxicidad de aluminio se hace cada vez más problemática, existen especies de helechos que son capaces de colonizar exitosamente estos suelos. Se pueden observar frecuentemente formando densos matorrales a lo largo de las laderas de carreteras. Por la construcción de las carreteras, similar a los derrumbes naturales en laderas, queda expuesta el suelo desnudo acido, y muchas veces rojizo. En estas condiciones, especies como los helechos estrella (Gleichenella pectinata, Fig. 3; Sticherus palmatus y Diplopterygium bancroftii) colonizan las laderas y fijan con sus rizomas y raíces al suelo ayudando de este modo para disminuir la erosión y futuros derrumbes. Son capaces de aguantar las altas concentraciones de aluminio por acumularlo y aislarlo en sus vacuolas, compartimentos celulares que son bien separados del citoplasma, la parte celular donde el aluminio es t-toxico por interferir en el metabolismo de las células.
Finalmente, también hay especies indiferentes al tipo de suelo. Esas tienen la ventaja que pueden germinar y crecer sobre todo tipo de suelo, pero deben lidiar con los diferentes problemas que presentan esos suelos y deben competir con las especies especializadas y adaptadas a estos suelos. El helecho dorado (Myriopteris aurea, Fig. 4) es una de estas especies. Por ser indiferente a los suelos, es una de las especies de mayor abundancia y distribución geográfica del país. Eso se debe además a su rápido crecimiento.
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