México. 23 de agosto del 2024.- Como “Desafortunadas” e “imprudentes”. Así calificó Andrés Manuel López Obrador las declaraciones del embajador Ken Salazar contra su propuesta de reforma al Poder Judicial.
La Secretaria de Relaciones Exteriores expresó en una nota de protesta su “profundo extrañamiento” por los comentarios del representante estadounidense contra la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al asegurar que “es un riesgo para la democracia en México”. “No vamos a someternos a ningún país ni a ninguna potencia extranjera”, afirmó el presidente en La Mañanera de este viernes.
El mandatario reprochó la “política prepotente” de Washington hacia todo el continente y su “burda actitud intervencionista”, y exigió que no haya intromisiones en los asuntos internos del país.
Salazar aseguró que la elección directa de los integrantes del Poder Judicial, propuesta por López Obrador y Morena, su partido, abre la puerta a que aumente la influencia del crimen organizado en el sistema de justicia y amenaza la relación comercial de ambos países. “Las elecciones directas también podrán hacer más fácil que los carteles y otros actores malignos se aprovechen de jueces inexpertos con motivaciones políticas”, dijo el embajador estadounidense, en una inusual conferencia de prensa el jueves, en la que abandonó su habitual tono conciliador con el Gobierno mexicano y puso sobre la mesa las preocupaciones de los inversores de su país. Se trató del posicionamiento más contundente desde Estados Unidos contra el proyecto de ley, después de meses nerviosismo en el sector privado y los mercados.
“La declaraciónrepresenta una acción inaceptable de injerencia, contraviene la soberanía de los Estados Unidos Mexicanos y no refleja el grado de respeto mutuo que caracteriza las relaciones entre ambos países”, se lee en la nota de protesta de la Cancillería mexicana. La respuesta diplomática subraya que el tema “es de carácter estrictamente interno”, aunque no va más allá del extrañamiento y no contempla otras acciones que eleven las tensiones entre ambos países. “Somos independientes, somos soberanos y debemos ser buenos vecinos”, recalcó López Obrador “Ningún país extranjero puede imponernos las políticas que corresponden a los mexicanos decidir”, zanjó.
López Obrador evidenció el desgaste en la relación bilateral durante las últimas semanas, marcadas por la polémica tras la detención de Ismael El Mayo Zambada y choques entre varias agencias estadounidenses, como la DEA o el Departamento de Estado, y el presidente mexicano. “Últimamente, ha habido actos de falta de respeto a nuestra soberanía, como esta declaración”, acusó el mandatario. “Espero que no se repita”, agregó.
El presidente se refirió también a la carta que envió el viernes pasado a Joe Biden, su homólogo estadounidense, por el financiamiento del Departamento de Estado a organizaciones críticas con su Gobierno, como Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, que también calificó como un acto de “injerencismo”. “Esto no es Ken, Ken es el vocero, esto es el Departamento de Estado de Estados Unidos”, afirmó. El titular del Ejecutivo también mandó un mensaje velado a la Administración demócrata, en plena campaña presidencial de Estados Unidos. “Nos entendimos con Trump”, dijo en una intervención que duró alrededor de una hora en su conferencia matutina.
El cruce de declaraciones entre el presidente y el embajador marcó también un cambio de tono súbito en la relación bilateral y apunta a que las tensiones comerciales por la reforma judicial se pueden librar en el Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (TMEC). El embajador canadiense, Graeme C. Clark, también reconoció el jueves que existen “preocupaciones” de los inversores de su país, aunque fue mucho más cauto al dar sus comentarios. “Cómo se armonizan Estados Unidos y Canadá, es lamentable”, criticó López Obrador. “¿Quiénes son ellos para opinar?”, cuestionó. “¿Cuál es la afrenta que se está cometiendo? ¿Que no los mexicanos vivimos en una democracia, que no es la democracia el gobierno del pueblo y para el pueblo?”.
López Obrador aprovechó para atacar a los medios que se hicieron eco de los comentarios del embajador y a sus adverarios políticos, a quienes calificó de “corruptos”, “hipócritas” y “fachos”. “¿Por qué no quieren que el pueblo elija? Porque actualmente la mayoría de los integrantes del Poder Judicial son empleados de los potentados”, aseguró, en un dardo para la oposición y para el propio Salazar, que ha privilegiado un tono conciliador en los tres años que ha estado en el país para mantener abiertos los canales de ambos países y había evitado ventilar los desacuerdos hasta esta semana.
La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se ha sumado a las críticas contra los comentarios de Salazar. “Información muy relevante: en 43 de los 50 estados de los Estados Unidos de América se eligen los jueces por voto popular”, señaló en sus redes sociales. La oposición mexicana, en cambio, se hizo eco de las preocupaciones de los inversores extranjeros. “En Estados Unidos también ven peligrosa y preocupante la reforma judicial de este gobierno y la elección popular de jueces, magistrados y ministros”, comentó Marko Cortés, líder del Partido Acción Nacional. “Queda claro que todo mundo lo ve, menos el presidente y compañía”, agregó. La iniciativa también ha desatado resistencias internas, con un paro de labores que se ha extendido por una veintena de Estados del país y que el Gobierno ha calificado como “ilegal”.
Ricardo Monreal, alfil de López Obrador en el Poder Legislativo, donde Morena y sus aliados tienen la mayoría, aseguró a Salazar que “no sucederá lo que es su preocupación” y adelantó que le enviará los cambios propuestos para aclarar las motivaciones de la reforma, criticada por la oposición como un intento del bloque gobernante de subordinar al Poder Judicial. El Congreso priorizará la aprobación de la iniciativa, así como de una batería de propuestas impulsadas por López Obrador, en la legislatura que arranca el próximo 1 de septiembre, un mes antes de que Sheinbaum asuma como presidenta. La polémica, sin embargo, va más allá la Cámara de Diputados y el Senado, y amenaza con convertirse en un problema mayor en la relación con Estados Unidos, el principal socio comercial de México.
Agencias