Estados Unidos. 17 de septiembre del 2024.-En los últimos años, la preocupación por la seguridad en las escuelas de Estados Unidos creció de manera significativa. Incidentes de violencia y amenazas en los centros educativos han generado un clima de tensión tanto entre estudiantes como en las comunidades.
Desde la masacre de Columbine en 1999 hasta los eventos más recientes, el debate sobre cómo prevenir tiroteos escolares sigue siendo un tema delicado. Cada uno de los incidentes pone sobre la mesa la discusión sobre las responsabilidades, entre los padres, las instituciones o el gobierno.
En el caso particular de Florida, que ha sido escenario de tragedias como el tiroteo en la escuela secundaria de Parkland en 2018, las medidas de seguridad escolar se reforzaron. Sin embargo, esto no detuvo las amenazas, que desde que inició el nuevo año escolar no han cesado.
Ahora, un nuevo caso impactó a la comunidad de Port Orange en el condado de Volusia. Un niño de apenas 11 años está en el centro de la polémica tras amenazar con llevar a cabo un tiroteo masivo.
Lo que comenzó como una supuesta “broma” se transformó en un caso grave que las autoridades no están dispuestas a ignorar.
Niño acusado de terrorismo
El reciente arresto de un niño de 11 años en la escuela secundaria Creekside de Port Orange, Florida, generó alarma y preocupación entre padres, estudiantes y autoridades. Carlo ‘Kingston’ Dorelli fue acusado de un delito grave después de amenazar con cometer un tiroteo en su escuela, situación que rápidamente escaló a una investigación formal por parte de la Oficina del Sheriff del condado de Volusia.
Aunque el niño afirmó que se trataba de una broma, la naturaleza de las amenazas y la evidencia descubierta indicaron lo contrario.
“Acabamos de arrestar a un estudiante que amenazó con cometer un tiroteo en la escuela secundaria Creekside o Silver Sands. Había escrito una lista de nombres y objetivos. Dice que todo fue una broma”, dijo el sheriff del condado de Volusia, Michael Chitwood
Los detectives que investigaron el caso registraron la vivienda del estudiante y encontraron varias armas estilo airsoft, municiones falsas y una lista con los nombres de compañeros a quienes presuntamente tenía como objetivo.
El hecho de que las armas no eran reales no disminuyó la gravedad de la situación. Especialmente porque el niño mostró las mismas en una videollamada por FaceTime a otros estudiantes. Uno de los participantes de esa conversación fue quien hizo la denuncia anónima que llevó al arresto.
Dorelli explicó a los detectives que realizó la lista “como una broma” y no tenía intención de causar daño, pero la amenaza fue suficiente para que se le acusara de intimidación mediante una amenaza escrita de terrorismo o tiroteo masivo.
Amenazas peligrosas, medidas radicales
El sheriff del condado de Volusia, Michael Chitwood, anunció el arresto en redes sociales, reafirmando la postura firme de las autoridades locales contra este tipo de conductas. El mensaje fue claro: las amenazas, sean reales o “bromas”, no se van a tolerar.
A través de un video en redes sociales los agentes expusieron a Dorelli mientras lo bajaban de una patrulla y lo llevaban a una celda.
“Vamos a empezar a publicar su cara y a hacer paseos con el delincuente cuando lo detengamos, y luego vamos a mostrar fotografías de ustedes, los padres. Como no quieres criar a tu hijo, el sheriff Chitwood lo hará”, dijo en el video.
Les recomendó también a los representantes que controlen la conducta de sus hijos, o de lo contrario les “dolerá la chequera y el orgullo”.
Chitwood advirtió en un comunicado que a partir del lunes, las autoridades comenzarán a perseguir a los padres de cualquier menor que amenace con tiroteos escolares en línea.