Xalapa, Ver.- “Los habitantes de Tlalnelhuayocan tenían sus parcelas ubicadas en donde ahora es la cabecera del municipio, y ante el creciente proceso de urbanización de Xalapa debieron trasladarlas a varios kilómetros de distancia, lo cual cambió su forma de producción y consumo”, relató Celeste Ruiz Gómez, estudiante de la Licenciatura en Agroecología y Soberanía Alimentaria (LASA) en la Universidad Veracruzana-Intercultural (UV-Intercultural).

La joven desarrolla un proyecto de investigación dentro de la Plataforma Metropolitana de Formación en Agroecología de Xalapa, en donde identifica las problemáticas en distintos huertos con el uso de una herramienta metodológica para evaluar la sostenibilidad de los métodos de manejo de recursos naturales –MESMIS–.

La estudiante mencionó que los sistemas agrícolas tradicionales como la milpa y el huerto de traspatio han cumplido un papel importante en la historia social, cultural y ambiental en todo México; se remontan a la época prehispánica, cuando la venta o trueque de productos en los tianguis formaba parte de la cotidianidad de los distintos grupos indígenas.

 

“Pese a que la agroecología siempre ha existido en el país, los adelantos tecnológicos han dificultado su relevo, pues las nuevas generaciones no se interesan en sus prácticas”, enfatizó.

Celeste Ruiz compartió que entre los principales problemas identificados en los huertos de traspatio están: degradación del suelo, salud de las plantas, presencia de plagas, nula calendarización de actividades y escasa disponibilidad de personas que realicen labores de siembra, cosecha y mantenimiento.

Otro factor importante es la comercialización adecuada, porque, aunque existen tianguis o mercados agroecológicos, falta difusión eficiente para que la gente se acerque a estos lugares a comprar y ello permita a productores y productoras continuar con su trabajo.

 

 

A fin de atender las problemáticas de las plagas, la joven planteó el desarrollo de un bioinsecticida que no afecte al ambiente y, a la vez, mejore la salud de cultivos en huertos de la zona urbana y periurbana de Xalapa. Analiza el uso de la cáscara de naranja para crear un líquido que repela a insectos como las hormigas, pero que no las dañe, tampoco a otros microorganismos.

Enfatizó que las redes de vinculación son esenciales en la comercialización de productos de los huertos, las cuales crecen gracias a la publicidad que los propios compradores hacen con familiares y amigos.

En Xalapa y localidades vecinas como Coatepec existen tianguis agroecológicos donde se pueden adquirir frutas y verduras libres de tóxicos, pero sobre todo conocer el trabajo que hay detrás, en el cual interviene un gran número de personas.

 

“La comunalidad es una parte esencial de la agroecología porque sus prácticas no se piensan en lo individual, pues requieren de un equipo integrado por quienes creen en la soberanía alimentaria de consumir y vender productos sanos”, manifestó.

Celeste Ruiz agradeció el apoyo de la Plataforma Metropolitana de Formación en Agroecología de Xalapa para realizar este proyecto, y compartió que igualmente labora en el desarrollo de un sello de garantía comunitario, con el que se pueda identificar a las frutas y verduras libres de tóxicos y cosechadas con prácticas sustentables.

Con información de Universo