Japón. 18 de noviembre del 2025.-El volcán Sakurajima, uno de los más activos de Japón, registró una nueva erupción en las últimas horas y lanzó una imponente columna de ceniza y humo que alcanzó más de 4.400 metros de altura, lo que provocó afectaciones en el transporte aéreo y alertas por caída de ceniza en varias zonas de la isla de Kyushu.

 

Se trata de la erupción más grande en 13 meses, y ha causado la cancelación de al menos 30 vuelos. La caída de ceniza fue perceptible en distintos puntos de Kagoshima y en zonas de la prefectura vecina de Miyazaki.

Las autoridades aeroportuarias señalaron que se mantienen evaluaciones constantes para determinar la reanudación segura de las operaciones.

La isla Kyushu se ubica al suroeste de Japón, al sur de las islas principales de Honshu y Shikoku. Es considerada la tercera isla más grande del país y está rodeada por el Mar de China Oriental al oeste y el Océano pacífico al este.

La actividad del Sakurajima también fue captada desde el espacio. Imágenes satelitales difundidas por organismos europeos mostraron la columna de ceniza elevándose de manera constante desde el cráter, lo que confirmó la magnitud del fenómeno.

Durante la actividad volcánica, alrededor de 600 personas que viven allí fueron puestas bajo el nivel de alerta 3 de una escala de 5.

Un funcionario de la prefectura de Kagoshima informó que, hasta el momento, no se han reportado daños materiales ni víctimas.

Sin embargo, la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) recomendó a la población tomar medidas de protección en zonas donde se espera caída moderada de ceniza, como el uso de sombrillas, mascarillas y conducir con precaución por la reducción de visibilidad.

Japón está situado sobre el denominado Anillo de Fuego del Pacífico y cuenta en su territorio con 110 volcanes activos.

El Sakurajima es conocido por su constante actividad. En 2019 registró una erupción que expulsó ceniza hasta 5.5 kilómetros de altura. Además, desde mediados del siglo XX ha mantenido un comportamiento eruptivo frecuente, lo que obliga a una vigilancia continua por parte de las autoridades japonesas.