• La globalización de los mercados nos arrastró a una transición en la forma de comer, y abandonamos una alimentación tradicional que era mucho más saludable”, José Luis Castillo 
  • “Los sistemas de captación de agua de lluvia permiten recuperar parte del control sobre el abastecimiento”: María Teresa Leal Ascencio 
  • “En Sudamérica existen más de 50 millones de hectáreas utilizadas para cultivar soya transgénica”: Miguel Escalona 

 

José Luis Castillo Hernández (foto de archivo)

José Luis Castillo Hernández (foto de archivo)

 

Carlos Hugo Hermida Rosales 

Xalapa, Ver. Académicos, investigadores y expertos de la Universidad Veracruzana (UV) dialogaron sobre la importancia de llevar una buena dieta y de la producción agroecológica de alimentos, dentro de una sesión virtual que se realizó el 29 de junio en el Facebook de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoSustenta).  

Este foro fue organizado por la Red de Huertos Universitarios, y contó con la participación de Miguel Ángel Escalona Aguilar, titular de la CoSustenta; José Luis Castillo Hernández y María Teresa Leal Ascencio, docentes de las facultades de Nutrición y Ciencias Químicas, respectivamente, y Pilar Córdova Guerrero, chef profesional. 

La moderación corrió a cargo de Laura Emmanuelle Jarríresponsable del Eje de Alimentación Sana y Salud de la CoSustenta 

José Luis Castillo afirmó que una gran parte de la población de México siempre ha padecido de sobrepeso y obesidad, lo que desencadena altas prevalencias de diabetes y enfermedades cardiovasculares.  

Afirmó que el Covid-19 evidenció los problemas de la mala alimentación en el país, ya que alguien con sobrepeso tiene el mismo nivel de complicaciones al contraer esta enfermedad que quien padece obesidad mórbida, debido a los procesos inflamatorios que esta enfermedad ocasiona.  

El catedrático compartió que después de Chile, México es el país en Latinoamérica con mayor consumo de alimentos ultraprocesados, adictivos debido a su riqueza en azúcar.  

“La globalización de los mercados nos arrastró a una transición en la forma de comer, y abandonamos una alimentación tradicional que era mucho más saludable”, declaró.  

Enfatizó que el Covid-19 deja grandes reflexiones para aplicarlas en un cambio de mentalidad, que permita proteger al planeta y mejorar la calidad de vida.  

Teresa Leal comentó que el agua está directamente relacionada con la salud, y que captarla a través de la precipitación pluvial es una gran opción de abastecimiento alterna al servicio público, que no siempre es eficiente para cubrir las necesidades de la población.  

“Los sistemas de captación de agua de lluvia permiten recuperar parte del control sobre el abastecimiento”, enunció.  

La docente manifestó que Xalapa es una ciudad que presenta mucha lluvia, lo que es una invitación natural para que la población cree espacios verdes y haga uso de la creatividad al diseñar sus huertos. 

 

María Teresa Leal Ascencio (foto de archivo)

María Teresa Leal Ascencio (foto de archivo)

 

Pilar Córdova mencionó que los cocineros tienen la responsabilidad de llevar alimentos sanos y equilibrados a la sociedad, y no tan sólo de diseñar platillos atractivos.  

Agregó que los residuos resultantes de la preparación de los platillos pueden ser reciclados como el aceite de cocina quemado, que es muy útil en la fabricación de jabones.  

La cocina es una excelente aliada para promover la salud entre la población y el cuidado al medio ambiente”, aseguró.  

Miguel Escalona comentó que la sociedad actual se debate entre la disyuntiva de llevar una alimentación sana o industrial, pero que la segunda se encuentra llena de sales y azucares perjudiciales para la salud y daña al planeta, ya que se obtiene a través de monocultivos.  

“En Sudamérica existen más de 50 millones de hectáreas utilizadas para cultivar soya transgénica”, compartió.  

Mencionó que por otro lado la alimentación sana está vinculada a la producción local, que no viaja grandes distancias y carece de productos químicos.  

El académico destacó la importancia de la creación de huertos caseros y de que en esta práctica permee la colectividad, ya que la compañía es un componente importante de su desarrollo. 

“Fabricar un huerto casero equivale a tener una escuela en casa, y en la medida que nos acompañamos compartimos saberes, semillas y recetas, al tiempo que construimos conocimiento”, enunció.