- La antropología tiene mucho que autoanalizar y autorreflexionar. De ahí la importancia de un explícito giro colaborativo y decolonial, aseguró el investigador
Karina de la Paz Reyes Díaz
05/03/2020, Xalapa, Ver.- La tercera edición del Diplomado en Antropología Contemporánea de la Universidad Veracruzana (UV) fue inaugurada con la conferencia “La antropología ante los desafíos contemporáneos de las diversidades”, impartida por Gunther Dietz, académico del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de esta casa de estudios.
Para el investigador, uno de los principales retos de la antropología contemporánea es entender “que no basta con pluralizar saberes –para lograr la descolonización de la mirada etnográfica–, sino de cambiar la estructura de los saberes”.
En la tradición académica occidental se tiende a entender el saber como una cuestión neutra, como “un saber descontextualizado”; no obstante, hay saberes campesinos, no letrados, indígenas o afrodescendientes que se expresan de otra manera.
“Necesitamos descolonizar la estructura de los saberes si queremos realmente entablar diálogos, por eso la universidad, la antropología, tiene que abrirse a saberes-poderes, saberes-haceres, otras formas de entender que tienen un origen diferente al verbo-céntrico, texto-céntrico, a lo abstracto del saber occidental.”
El académico, quien es Nivel 3 del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), dijo que ante este planteamiento la antropología da pautas de cómo entrar, pero no de cómo salir; por ello, “necesitamos esas otras metodologías para no volver a colonizar a los sujetos con los que pretendemos colaborar”.
El también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias compartió su experiencia personal, toda vez que su formación como antropólogo fue en la Universidad de Hamburgo, Alemania, donde la disciplina es llamada “orquídea”, entiéndase “de lujo, exótico –y que además no sirve para nada”.
“Entonces, si tú vienes de estos contextos donde eres lo más marginal de lo marginal –siendo antropólogo-antropóloga–, llegas aquí y te das cuenda de que la antropología era una ciencia de Estado –regido por un partido político de Estado.”
De acuerdo con él, en algún momento habrá que hacer historia de la antropología, la pedagogía y lingüística aplicada, de lo que hicieron con los pueblos originarios.
Por ejemplo, “los censos demuestran, en lo lingüístico, el terrible éxito del indigenismo: han muerto más lenguas en los últimos 100 años que en toda la Colonia. ¡Qué eficiente ha sido este sistema! Y ahí, los agentes de aculturación eran muy funcionales”.
En esos procesos de cambio de identidad forzados, en el etnocidio impuesto por la modernización, también han participado maestros bilingües, antropólogos aplicados y disciplinas afines.
Es más, planteó el académico: la antropología tiene mucho que autoanalizar y autorreflexionar. De ahí la importancia de un explícito giro colaborativo y decolonial.
“No sabemos, exactamente, lo que hemos ocasionado en sus consecuencias, pero queremos hacer otro tipo de antropología, menos extractivista, menos al servicio del Estado y más al servicio de las comunidades.”
La actividad se desarrolló el 3 de marzo en el Patio Central del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) y en ella participaron la titular de éste, Rosaura Citlalli López Binnqüist; la directora del Instituto de Antropología (IA), Yamile de la Cruz Lira López, y las coordinadoras del diplomado Virginia Arrieta Baizabal y Yuribia Velázquez Galindo.
Entre el público también estuvo presente la investigadora Sofía Larios León, en cuya gestión como directora del IA inició esta propuesta académica, que es avalada por Educación Continua de la UV; así como la directora de la Facultad de Antropología, María Antonia Aguilar Pérez, y la mayoría de la plantilla académica que facilitará el diplomado.