- Diana Barona García realizó esta investigación para obtener su título profesional de licenciada en Química Clínica
- Los valores obtenidos se encuentran dentro de la normatividad aplicable
- También garantizó la inocuidad de las albercas de la BENV y del IMSS Xalapa y Coatepec
Claudia Peralta Vázquez
Xalapa, Ver.- Diana Barona García, egresada de la Licenciatura en Química Clínica de la Facultad de Bioanálisis de la Universidad Veracruzana (UV), realizó un estudio para evaluar la calidad bacteriológica del agua de albercas institucionales y públicas de la ciudad de Xalapa y Coatepec, con resultados que garantizan su inocuidad.
La investigación desarrollada en 2019 abarcó en total cinco de estos espacios recreativos y deportivos: la fosa de clavados y la alberca olímpica del Centro Acuático “Eulalio Ríos” de la UV, de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana (BENV), y las del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Xalapa y Coatepec.
El trabajo, coordinado por la académica Margarita Lozada Méndez, fue desarrollado con la finalidad de conocer si las albercas cumplen con los requisitos sanitarios y de calidad del agua establecidos en la Norma Oficial Mexicana NOM-245-SSA1-2010.
Al respecto, tanto la joven egresada como la profesora dieron a conocer que los resultados obtenidos de este análisis microbiológico fueron positivos, pues aseguran la inocuidad del agua de las albercas examinadas.
Con base en la norma citada, tanto la alberca olímpica como la fosa de clavados del Centro Acuático de la UV tuvieron 1.8 (lo mínimo) como número más probable de coliformes, siendo que el valor máximo permitido es de 40.
“En todos los casos fueron normales, tal y como lo marca la norma, se tienen que reportar como coliformes fecales por medio del método del número más probable.”
En sí, comentaron que el agua de todas las albercas analizadas no rebasó lo permitido por la normatividad, lo cual evidencia que tienen una buena limpieza y no existe riesgo alguno de que los usuarios puedan adquirir una enfermedad.
La diarrea, otitis externa, pie de atleta y dermatitis son sólo algunas de las enfermedades o infecciones transmisibles más comunes que pueden adquirirse por la presencia de gérmenes en el agua.
Diana Barona, quien obtuvo su título profesional en marzo del presente año, explicó que el análisis se realiza dependiendo de la cantidad de personas que acuden a dichas áreas.
Por ejemplo, si un balneario abre los fines de semana podría hacerse cada seis meses, pero en el caso de albercas de instituciones públicas donde su afluencia es de 200 a 300 nadadores por día, la norma establece que sea cada dos meses.
Aunado a esto, se incluyen otras medidas de higiene como lavar las paredes de la alberca cada determinado tiempo, clorar el agua y filtrarla.
Señaló que al momento de realizar el muestreo también se verificó qué tanto las personas encargadas de la limpieza de las albercas conocían la norma y la aplicaban. En este sentido, hubo quienes la desconocían.
Este no fue el caso del Centro Acuático “Eulalio Ríos”, pues ahí el encargado obtuvo un 64.70 por ciento de cumplimiento de la norma y mantenimiento de la alberca, lo cual denota un buen porcentaje, ya que el total de lo relacionado con el aspecto bacteriológico es de 71.5 por ciento.
Respecto a esta experiencia, la química clínica, cuyo gusto por la microbiología le facilitó desarrollar esta investigación, expresó lo interesante que fue conocer si las albercas a las que acuden la mayoría de las personas cumplen con la normatividad estipulada.
Por ello, con un semestre de antelación se encargó de preparar la información y materiales, así como de hablar con los encargados de las instituciones con tal de obtener el permiso para llevar a cabo el estudio.
Durante el muestreo, utilizó guantes y recipientes especiales para recolectar agua, éstos tenían una pastilla de tiosulfato de sodio para inactivar el cloro. En caso de que hubiera bacterias, hacía que crecieran.
“El estudio fue fácil y rápido porque el tema fue muy interesante, pues no se sabe si los administradores de las albercas realizan la limpieza necesaria o si saben de la existencia de la norma, en algunos casos de las albercas muestreadas no fue así.”
Por su parte, Margarita Lozada destacó que esta investigación la confió a Diana Barona dado el sentido de responsabilidad, compromiso y perseverancia mostrado durante su formación profesional, sobre todo en la experiencia educativa (EE) Microbiología Sanitaria, la cual es optativa.
Mencionó que gracias a este trabajo la Facultad de Bioanálisis tiene como usuario al IMSS, en el servicio de laboratorio de estudios microbiológicos sanitarios. Ahora, cada determinado tiempo lleva sus muestras para verificar que el agua de sus albercas cumpla con lo establecido por la norma.
También, resaltó el apoyo de las autoridades de esta entidad académica en cuanto al uso de la infraestructura, espacios, equipos y algunos de los medios de cultivo.
“Se tuvo el apoyo de la Facultad de Bioanálisis y de la jefatura del laboratorio de enseñanza de la Unidad de Ciencias de la Salud, pues hay una serie de requisitos que deben cumplirse para el uso de los espacios.”