• Se reportan mejores resultados en personas con ansiedad y depresión si pueden interactuar con otros, señaló Rodrigo Triana, de la Universidad de Nueva York 
  • El investigador, egresado de la Universidad Veracruzana, participó en la Semana del Cerebro 2021, que se puede seguir desde: www.facebook.com/semanadelcerebroxalapa/ 

 

Rodrigo Triana, del Centro de Ciencias Neuronales de la Universidad de Nueva York

Rodrigo Triana, del Centro de Ciencias Neuronales de la Universidad de Nueva York

 

David Sandoval Rodríguez 

Xalapa, Ver.- La hormona oxitocina ayuda a disminuir la parálisis de miedo y a controlar las memorias aversivas, aquellos recuerdos de experiencias desagradables, no obstante la interacción social es la estrategia más efectiva que existe en la actualidad para esta condición, afirmó Rodrigo Triana del Río, investigador del Centro de Ciencias Neuronales de la Universidad de Nueva York. 

El investigador participó en la Semana del Cerebro 2021 de la Universidad Veracruzana (UV) con la ponencia “La oxitocina y la importancia de la interacción social para controlar las memorias aversivas”. 

Triana del Río es egresado de la Maestría en Neuroetología de la UV y de la Licenciatura en Biología, por lo que agradeció la invitación a las instituciones organizadoras del evento: el Centro de Investigaciones Biomédicas, el Instituto de Ciencias de la Salud, el Instituto de Neuroetología y el Programa de Estudios sobre América del Norte. 

En la conferencia, transmitida en vivo por el canal de Facebookwww.facebook.com/semanadelcerebroxalapa/el investigador reconoció que el aislamiento ocasionado por la pandemia del coronavirus Covid-19 ha generado en gran parte de la población ansiedad, depresión y miedo que tienen una relación directa con la reducción y escasez de interacción social. 

Por otro lado, recordó que ya existen medicamentos como la oxitocina intranasal que buscan disminuir el dolor y aliviar los síntomas del estrés postraumático, entre diversos padecimientos. 

En tal sentido, Rodrigo Triana expresó que, comparado con la administración de tales fármacos, “es más efectiva la estrategia de interacción social ya que la oxitocina intranasal se metaboliza muy rápido en nuestro cerebro”. 

Ante la pregunta respecto a las afectaciones que el aislamiento provocado por la pandemia puede ocasionar a la salud mental, el investigador respondió que esto reduce las formas mediante las cuales es posible provocar la liberación de oxitocina en nuestro organismo. 

“Nuestro cerebro actúa diferente ahora que nuestras interacciones personales se han reducido de forma drástica porque la oxitocina es liberada no sólo con el contacto físico, sino a través de todas las vías sensoriales que usamos para comunicarnos, como la vía visual o la vía auditiva”, explicó.

 

 

El investigador, egresado de la Licenciatura en Biología y la Maestría en Neuroetología, participó en la Semana del Cerebro 2021

El investigador, egresado de la Licenciatura en Biología y la Maestría en Neuroetología, participó en la Semana del Cerebro 2021

 

Comentó además que se han hecho experimentos mostrando a las personas fotografías de familiares o de su pareja y se ha registrado una activación en el cerebro relacionada con la oxitocina. 

“Lo que los neurocientíficos hemos descubierto es que el gran rol de la oxitocina es aumentar la relevancia de las pistas sensoriales relacionadas a la interacción social y estas pistas sensoriales no sólo son táctiles, también son olfativas, visuales, entonces sí existe una activación de diferentes vías; no obstante, vivimos un momento en el cual los niveles de aislamiento social están aumentando por la pandemia y la preocupación generada por evitar el contagio del coronavirus, esto claramente tiene consecuencias en nuestro estado mental y nuestro estado físico y es algo que varios investigadores estudian: cómo las personas perciben mayor ansiedad, estrés, depresión y cómo podemos curarlo, pero esa es otra historia.” 

Por su parte, refirió que en su investigación con roedores ha encontrado –a partir de las respuestas ante las memorias aversivas– que hay individuos que reaccionan con parálisis, mientras otros se activan para evitar una descarga eléctrica dentro de la jaula en que se encuentran. 

“Hemos observado que los animales que aprenden a escapar de sus temores son también aquellos que tienen menos parálisis.” 

Refirió que estos descubrimientos tienen una aplicación muy directa al campo de la psiquiatría, dado que son similares a los rasgos del comportamiento de individuos que son paralizados cuando reactivan sus memorias aversivas, contrario a otros que son proactivos y pueden tomar el control de sus miedos. 

Su hipótesis radica en que cuando los individuos son aislados se genera una menor liberación de oxitocina, comparado con individuos que viven en grupo, que registran mayores niveles de evitación activa y controlan mejor sus miedos, generando comportamientos proactivos. 

“Hemos descubierto que los individuos que están aislados socialmente experimentan niveles de ansiedad más altos”, subrayó el ponente.