Cecilia Escribano Reyes
Coatzacoalcos, Ver.– En la Facultad de Odontología, de la Universidad Veracruzana, campus Minatitlán, Carolina Fonseca Sandoval, egresada de esta casa de estudios, ofreció la conferencia “Importancia de una buena nutrición en universitarios”, en el marco del programa de actividades de promoción a la salud integral del Centro para el Desarrollo Humano e Integral de los Universitarios (Cendhiu).
El evento se realizó el 15 de abril por medio de UV-Zoom, donde se dieron cita universitarios y académicos de las facultades de Odontología y Medicina.
Al leer la síntesis curricular de la conferenciante, la académica Blanca Eugenia Calderón dijo que es Maestra en Nutrición Humana por la Universidad Iberoamericana. Señaló que tiene como pasión traducir la ciencia de la nutrición en palabras entendibles y elecciones saludables; ayudar a la gente a que la información sobre alimentación, dietas y nutrición tengan un sentido tangible para llevar una vida saludable, puesto que los buenos hábitos también son contagiables.
Carolina Fonseca explicó por qué cuesta tanto trabajo comer con coherencia; “cuando elegimos un alimento ya sabemos si es saludable o no, en la red se encuentran consejos e información razonablemente cierta, el asunto es que al momento de elegir lo que comemos lo hacemos en nuestra contra, así que debemos tratar de entender por qué nos cuesta elegir de manera saludable”.
Los cambios que se invitan a hacer deben surgir del amor propio, el gusto de darse lo mejor a sí mismo, “sentirme bien, honrar el cuerpo a través del ejercicio, de alimentación saludable, neutralizar la ansiedad a través del ejercicio, la meditación, etcétera”.
Recalcó que los seres humanos somos integrales, “no sólo nos alimentamos con comida, sino alimentamos la mente, el cuerpo y el espíritu. La psicología de la alimentación ha creado dos tipos de alimentos: primarios y secundarios”, que se refieren al amor por la salud y el cuerpo, y a la comida, respectivamente.
Fonseca Sandoval enfatizó que “el hambre conlleva una conexión con uno mismo, de saber realmente cómo estoy, cómo me siento, qué necesito y cómo puedo dármelo que no sea a través de la comida. No es odiar al gordito, odiar los cachetes, sino amar el cuerpo, sentirse bien”.
Agregó que la pandemia puso a los individuos en un estilo de vida poco estimulante, ahora se permanece sentado en un sofá o en la cama para trabajar digitalmente.
“Al no tener esa vida estimulante se ha recurrido a la comida como el único momento de placer. Hay que entender cuál es nuestra conducta para con los alimentos, las compras compulsivas en línea, el hábito del cigarro o el consumo de alcohol.”
Recalcó que debemos elegir bien y tener claro que “la comida procesada ya nos tiene bien estudiados, nos dan alimentos picantes, salados, dulces, que resultan estimulantes. En México estamos sobrealimentados y muy mal nutridos, lo cual deriva en diabetes e hipertensión.
Lamentó que nos enfrentamos a la tormenta nutricional perfecta y al coronavirus; “la vida nos está gritando que no tener una base de alimentación saludable hace que estemos perdiendo muchas vidas”.
Enfatizó que tiene fe en las nuevas generaciones para que se dé un cambio a la hora de elegir los alimentos.
La nutrióloga abordó la historia del hombre a través de la mirada de los antropólogos y sociólogos, quienes afirman que el ser humano pone en peligro su evolución y la sobrevivencia, y que en el planeta la humanidad es la única que está enfermando a sus crías.
“Ahora hay niños que nacen con sobrepeso u obesidad; el Consejo Nacional de Pediatría dice que ya existe la generación de padres que tienen que enterrar a sus hijos, debido a la manera en la que los alimentan, lo cual los hace sedentarios.”
Para finalizar, recomendó a los universitarios moderarse: “Salud y sabor pueden convivir en armonía; no enseñemos a nuestros hijos a vivir con dieta, sino a moderarse; la salud no lo es todo, pero todo lo demás sin salud, no es nada”.