- La sesión 21 del Webinario Internacional de Arqueología fue dedicada a los pueblos asentados en Tabasco y el centro de Campeche
- A La Chontalpa se le conoce como el origen de pueblos y de dioses
Paola Cortés Pérez
Xalapa, Ver.- Los chontales no sólo fueron buenos alfareros y comerciantes, también grandes diseminadores de ideas, afirmaron los participantes de la sesión 21 “Arqueología de los chontales”, del Webinario Internacional de Arqueología (WIA), organizado por la Universidad Veracruzana (UV).
La charla se llevó a cabo el 15 de octubre a través de la plataforma Zoom y la página de Facebook del WIA, con la participación de Ernesto Vargas Pacheco, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Miriam Judith Gallegos Gómora y Ricardo Armijo Torres, profesores-investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La sesión fue moderada por Lourdes Budar Jiménez, directora de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI), quien mencionó que el vocablo “chontal” viene del náhuatl chontalli, que significa “extranjero”, y fue impuesto por los grupos náhuatl a todas las poblaciones que se localizaban en la periferia de sus fronteras.
Comentó que en la época prehispánica abarcaban desde Tabasco hasta el centro de Campeche, y esta región se distinguía por la producción de cacao, por ser una zona comercial para Mesoamérica donde se intercambiaba una diversidad de productos.
Ernesto Vargas, en su presentación titulada “La provincia de Acalan-Tixchel”, planteó que los chontales no sólo fueron buenos comerciantes y alfareros, también fueron guerreros, pues conquistaron la zona del Usumacinta, lo que posiblemente fue Edzná, y llevaron cultos nuevos a la península de Yucatán.
“La región chontal debió haber tenido más importancia de la que como arqueólogos le hemos dado; ha quedado al margen cuando en realidad es la puerta de entrada a la zona maya, no se le han dado los méritos a esta región por ser inhóspita, de difícil acceso y a la que le tienen miedo los arqueólogos.
”La región chontal aporta muchos aspectos para entender la costa oriental de Quintana Roo, como las conexiones en etapas tempranas con la región de Guatemala.”
Las cinco provincias principales de La Chontalpa fueron: Copilco, Tabasco, Xicalango, Acalan e Ixtapa-Usumacinta. Vargas Pacheco dijo que los chontales deben ser conocidos por la dominación de las rutas de comunicación y navegación de los ríos, lagunas y de toda la costa.
“Fue un grupo que se interconectó con lo que hoy es la costa oriental de Quintana Roo y llegó hasta la región de Honduras.”
Mencionó que se conoce a La Chontalpa como el origen de pueblos y de dioses: los olmecas y xicalancas decían llegar de esta región; los quichés y los cakchiqueles afirmaron venir de la región de ríos y lagunas, y los grupos de la península de Yucatán (itzaes, xiues, cocomes, canules, entre otros) también dijeron venir de la región de ríos, lagunas y mosquitos, a la que ya no querían regresar.
En su intervención intitulada “Jonuta: su producción alfarera y el intercambio costero”, Miriam Gallegos comentó que los chontales fueron grandes diseminadores de ideas y esto se demuestra con figurillas similares encontradas en el norte de Veracruz, en La Chontalpa y en la península de Yucatán.
“Las figurillas tienen quexquemetl, vestimenta que no aparece en la zona maya, además de tener anteojos y colmillos de Tláloc. Son figurillas que se encuentran hasta la parte norte del estado de Veracruz y que llegaron hasta la península de Yucatán.”
Lo anterior, subrayó, demuestra que distribuyeron rituales y creencias, por eso encontramos figuras muy parecidas.
Con respecto a Jonuta, dijo que se localiza en la parte central de la región chontal y fue un sitio relevante por su producción alfarera y posición geográfica que la mantuvo perfectamente comunicada a través de los ríos y lagunas.
Jonuta fue un centro productor de cerámica de pasta fina, especialmente anaranjada; un sitio productor especializado en figurillas e instrumentos musicales hechos por molde, y punto sobresaliente en las rutas de intercambio fluviales sobre el río Usumacinta y sus ramales, y por cabotaje en el Golfo de México, lo que permitió que sus productos se distribuyeran a lo largo de la península de Yucatán.
“Los chontales eran considerados como grandes navegantes hasta la llegada de los españoles, cuando se les prohibió salir al mar, así que quedaron confinados a los ríos.”
Finalmente, Ricardo Armijo habló de Comalcalco (Joy’Chan), la cabecera chontal durante el periodo clásico, la cual se asentó en el antiguo cauce del Mezcalapa, siendo un territorio con abundantes recursos naturales.
La ciudad tenía una superficie de siete kilómetros cuadrados, se extendía sobre la selva tropical, pantanos y ríos. Su población vivía en dos espacios marcadamente diferentes: una minoría gobernante en los conjuntos monumentales, y la gran mayoría en la periferia.
Mencionó que sus habitantes establecieron vínculos económicos con otras culturas para obtener material que no había en el lugar, como obsidiana, basalto, arenisca, piedras verdes y sal.
“La antigua sociedad de Joy’chan estaba estratificada, existieron espacios de funciones especializadas y usos restringidos, y la gente seguía los roles establecidos por el grupo en el poder.”