- La pandemia de Covid-19 incrementó la violencia hacia el personal médico
- Investigadoras de Brasil y España reflexionaron sobre violencia e interculturalidad con perspectiva transdisciplinar
José Luis Couttolenc Soto
Xalapa, Ver.- Investigadoras de Brasil y España participaron en la IV Semana Científica de la Red Francófona Recherche Avec, con exposiciones reflexivas en torno a la violencia e interculturalidad con perspectiva transdisciplinar, destacando que los profesionales de la salud desempeñan uno de los trabajos con entornos más peligrosos, situación que se ha incrementado por la pandemia de Covid-19.
Cinira Magali Fortuna, investigadora y profesora del Departamento de Salud Materno-Infantil de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, abordó la violencia en el campo de la salud y dio a conocer que en el mundo existen aproximadamente 59 millones de profesionales de la salud, quienes laboran bajo riesgos de productos químicos y biológicos, con exposición a virus de la tuberculosis, VIH y coronavirus, entre muchos otros, así como a desgastes físicos y económicos vinculados a los largos días de trabajo y estrés profesional.
Sin embargo, dijo que un estudio realizado en 2009 en Quebec, Canadá, mostró que el 87 por ciento del personal de enfermería sufre violencia física y psicológica (incluso sexual) por parte de sus colegas de trabajo, médicos o superiores jerárquicos; en tanto, estudios evidencian que los trabajadores de la salud en general son blanco de violencia física o psicológica cometida por pacientes o sus familiares, debido a que los tratamientos los consideran inadecuados o por el fallecimiento de algún enfermo.
Al definir la violencia como la forma más compleja de la intolerancia con acciones de imposición hacia el otro, Magali Fortuna refirió que en la corriente brasileña a la salud se le ve como un trabajo material que produce un bien simbólico, cultural, singular e histórico marcado por la incertidumbre, “incluso en situaciones comunes como una consulta de rutina, en donde hay una tensión en particular por el paciente por su situación y futuro”.
Señaló que el SARS-CoV-2 incrementó la violencia hacia los trabajadores de la salud por considerarlos portadores del virus, fenómeno que se ha hecho más visible en países como Brasil, México y Francia, en donde se documentaron agresiones físicas a médicos y enfermeras.
Mencionó que la violencia se vive como un fenómeno personalizado ligado a comportamientos individuales inapropiados, en tanto “se ve a una gobernanza de tipo empresarial en el sistema de salud, que promueve cualquier intervención para su eficacia económica”.
Por su parte Guadalupe Calvo García, investigadora de la Universidad de Cádiz, España, expuso “Una mirada a través del pañuelo. Conociendo a las estudiantes francesas de tradición musulmana”. Explicó que el objetivo de su investigación fue visibilizar a mujeres musulmanes como ellas se perciben, reflejando sus particularidades y diversidad, alejándose de las imágenes estereotipadas.
El trabajo lo realizó en la Universidad Nanterre, en París, con 10 estudiantes máster y de grado de las ciencias sociales, todas ellas de alrededor de los 20 años de edad, francesas de origen africano (magrebís y subsaharianas), dos de las cuales no usaban hiyab (velo que cubre cabeza y pecho), aunque una comenzó a utilizarlo posteriormente, y otra más usaba turbante.
Encontró que las estudiantes musulmanas mayoritariamente son francesas, muchas de sus madres no usan el hiyab, la vuelta a la tradición es la seña de la segunda y tercera generación de personas emigradas, y se sienten verdaderamente francesas.
No obstante, no las consideran francesas y las tratan en función de los estereotipos; son insultadas y agredidas, los medios difunden de ellas una imagen estereotipada y negativa (terroristas), experimentan rechazo, incluso entre los musulmanes; los yihadistas no son verdaderos musulmanes, para serlo requieren estudiar el Islam y ven limitadas sus carreras profesionales, si no utilizan el hiyab sus contribuciones a la sociedad se invisibilizan.