• Las políticas educativas de las universidades deben ser acordes a las políticas laborales y económicas del mercado, planteó académica de la Universidad de Utsunomiya de Japón 
  • En dicha nación también se hace énfasis en que los estudiantes se involucren en la construcción de su proceso formativo 

 

Ana Sueyoshi

Ana Sueyoshi

 

Carlos Hugo Hermida Rosales 

Xalapa, Ver. Ana Sueyoshi, catedrática de la Universidad de Utsunomiya de Japónmencionó que la formación profesional en esta nación se involucra más allá de la educación universitaria y destacó que para ello el gobierno provee lineamientos que enmarcan contenidos que se deben agregar al currículum de los estudiantes, para apoyarlos antes de salir al mercado laboral.  

“Según datos del gobierno japonés, en 2020 el 77.1 por ciento de los estudiantes universitarios tenían empleo antes de egresar, suma que crece al 98 por ciento entre los ya egresados”, compartió.  

La docente impartió el 24 de marzo la conferencia Formación profesional y mercado laboral en Japón, los cambios en la última década”, dentro del ciclo de conferencias internacionales “Posturas de las economías de APEC en el siglo XXI”. 

Este evento fue organizado por el Consorcio Mexicano de Centros de Estudios del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en el que la Universidad Veracruzana (UV) ejerce liderazgo a través del Centro de Estudios China-Veracruz (Cechiver).  

Ana Sueyoshi enfatizó que la falta de conexión entre la formación profesional y el mercado laboral es una de las principales causas que da origen al desempleo. 

“Para evitar esta situación es indispensable que las políticas educativas de las universidades sean acordes a las políticas laborales y económicas del mercado”, puntualizó.  

La académica relató que hasta 1990 en el mercado laboral japonés las ofertas de trabajo se concentraban principalmente en los recién graduados, y que incluso los empleadores competían por obtener a los mejores estudiantes, por lo que los logros académicos tenían un peso muy grande.  

Destacó que existía mucha flexibilidad de contratación para los egresados de carreras universitarias del campo de las humanidades y las ciencias sociales, por lo que en muchos casos la formación obtenida no guardaba ninguna relación con la descripción del empleo obtenido. 

Explicó que, si bien en un principio esto fue positivo, después derivó en hechos negativos como la escasez de talento para determinados puestos.  

A raíz de esto, la formación profesional en Japón en la última década ha hecho énfasis en formar competencias entre sus estudiantes de acuerdo con la demanda del mercado, y en fomentarles el aprendizaje activo –en el que el profesor involucra a sus alumnos en la construcción de su proceso formativo, además de que se les anima a realizar estudios de posgrado. 

Manifestó que las instituciones de educación superior japonesas trabajan con una mirada de globalización, que va más allá de la enseñanza de idiomas e incluye aceptar a más estudiantes extranjeros, así como enviar a una mayor cantidad de alumnos japoneses a formarse en el exterior.  

Resaltó que las universidades niponas también fomentan la movilidad internacional de sus profesores e investigadores, y trabajan constantemente por mejorar su posición en los rankings internacionales elaborados por diversas instituciones.