- “Tiene un gran respeto por lo humano y el sentido de la vida, pero hay una filosofía de la vida en su escritura, en el sentido de que todas las vidas valen y merecen tener una historia”, afirmó
Paola Cortés Pérez
Xalapa, Ver.- Los cuentos y las novelas de la escritora brasileña Clarice Lispector se distinguen por el valor que da a los pequeños detalles de la vida, a la vida cotidiana y a lo filial, destacó Lucía Melgar Palacios, profesora de literatura y género en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante la sesión 7 del curso “En busca de una literatura propia: narradoras latinoamericanas”.
La charla se llevó a cabo la tarde-noche del 25 de marzo y fue transmitida a través de Facebook Live y el canal de YouTube de Casa de Estudio Cien Años de Soledad.
Este evento literario es desarrollado por la Casa Estudio Cien Años de Soledad de la Fundación para las Letras Mexicanas (f,l,m.), con la colaboración de la Universidad Veracruzana (UV) y la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
En esta ocasión la sesión 7 intitulada “Alteridad, soledad y silencio en Clarice Lispector”, fue dedicada a hablar sobre el trabajo literario de la escritora brasileña, y de algunas de sus novelas y cuentos.
Lucía Melgar comentó que no siempre es igual hablar de una escritora que escribe en español, que a través de una traducción, ya que el idioma representa una barrera que impide leer directamente a la autora, pese a las traducciones existentes.
Clarice Lispector fue hija de padres judío-rusos. Nació en Ucrania, pero llegó a Brasil cuando tenía dos meses de nacida. Su infancia la pasó en Maceió y Recife, al noroeste del país sudamericano. Estudió para abogada en Río de Janeiro.
Se casó con un diplomático brasileño, lo que le permitió vivir en Washington, Berna, Nápoles y por Europa, desde donde envió crónicas a los periódicos, además de escribir cuentos y novelas.
Al divorciarse, volvió a Río de Janeiro donde vivió hasta su muerte a consecuencia de un cáncer. De acuerdo a algunos biógrafos, Lispector escribía de cuatro a cinco horas, y disfrutaba de fumar y tomar café mientras pensaba.
Su acercamiento a la escritura se dio a través del periodismo, además de haber sido una gran lectora, siendo impactada por los libros Crimen y castigo, y El lobo estepario.
Su primer cuento lo publicó en una revista en 1940 y a los 23 años de edad, cuando concluía sus estudios universitarios, salió a la luz su primera novela Cerca del corazón salvaje, la cual fue calificada por los críticos literarios como “insólita”, al ser una novela psicológica escrita por una mujer.
Desde los años cuarenta publicó artículos y crónicas, era de las pocas periodistas mujeres en esa década.
“Le dio valor a los pequeños detalles de la vida, a la vida cotidiana, a lo filial, a través de las crónicas reflexionaba sobre lo que significa la desigualdad.”
En las novelas que escribió después de los años cuarenta explora la bondad y la maldad del ser humano, y sus personajes no siempre son coherentes ni buenos. Además, investigó la subjetividad, lo relacionado con la identidad, esto no define la vida ni lo que una persona es.
“A partir de los años sesenta tuvo una gran producción de cuentos e impulsó sus novelas, publicó con frecuencia y se trató de libros bien trabajados.”
Los temas que aborda en sus cuentos y novelas son diversos: la soledad, hay muchas referencias en su literatura; la vida interior de los personajes, lo importante es cómo viven su vida cotidiana; el extrañamiento; la dificultad de comunicarse; la presencia y el peso del silencio; las paradojas; el amor, entre otros.
“Tiene un gran respeto por lo humano y el sentido de la vida, pero hay una filosofía de la vida en su escritura, en el sentido de que todas las vidas valen y merecen tener una historia.”
Lazos de familia (1960)
Melgar Palacios dijo que Lazos de familia es un cuento muy sencillo que habla de la estancia de la madre de Catalina –la protagonista– en su casa. La madre es descrita como encimosa y entrometida con el yerno.
La historia transcurre mientras las mujeres se trasladan a la estación del tren en taxi, a lo largo del camino no se dicen nada, las conversaciones están llenas de silencio y puntos suspensivos, es una conversación incómoda.
“Sienten que tienen algo que decirse, pero al final no se dicen nada. Llegan a la estación, esperan en el andén el tren, sin decir nada, otra vez los silencios.
”Habla de esa combinación entre amor y odio, expresa la ansiedad. Se pueden interpretar de muchas maneras, a nivel de la trama, de roles de género.”
La mujer más pequeña del mundo
En este escrito, Clarice Lispector hace un análisis de qué es el amor, qué es la vida, también aborda el tema de la subjetividad. “Tiene mucha ironía y burla a todos los estudios antropológicos del ‘otro’ que existieron en Brasil.
”Hay un cuestionamiento sobre la mirada del otro a través del relato de un explorador-antropólogo francés que encuentra una tribu de pigmeos, donde está la mujer más pequeña del mundo (45 centímetros) que está embarazada y eso la sorprende por saber de qué tamaño será su hijo.”
La hora de la estrella (1977)
Esta es una novela donde hay un narrador masculino (en el que se asoma la escritora), quien también contará su historia y terminará enamorado de la protagonista que se llama Macadea, al tiempo que se pregunta cómo contará la historia. Lo cierto es que hay un principio y un fin.
“No es una novela realista, tradicional, lineal, pero sigue un formato en que tiene que existir un final. Está llena de la reflexión sobre qué es escribir, de quiénes somos y qué es el mundo; la reflexión atraviesa al narrador hasta llegar al lector.”
La próxima sesión del curso será el 8 de abril, con el título “Deseo y escritura en Cristina Peri Rossi”, escritora, traductora y activista política de origen uruguayo, con la lectura de su obra Solitario amor (1988).