CINTURONES VERDES PARA LA VIDA

Por: Oscar Muñoz Jiménez, César Gallo Gómez y Rafael Villegas Patraca*

*Unidad de Servicios Profesionales Altamente Especializados, Instituto de Ecología, A. C.

 

Resumen

Los cinturones verdes proveen de servicios ambientales a los habitantes de las ciudades y pueblos por lo que fomentar su creación debería implantarse como una política ambiental en México.

 

Palabras clave: Plantación de árboles, Ciudades verdes

 

“Cuando plantamos árboles, plantamos las semillas de la paz y la esperanza”

Wangari Maathai

 

Foto 1. En ciudades como Xalapa, Ver. la presencia de árboles aún es parte importante del paisaje urbano (Foto. Oscar Muñoz Jiménez).

 

En 1976, Wangari Maathai promovió la creación del movimiento Cinturones Verdes cuyo objetivo principal se centra en plantar árboles como una manera de mejorar las condiciones de vida de la población de su país, Kenia. El movimiento tuvo desde sus inicios como eje principal a las mujeres y en menos de una década el movimiento traspasó las fronteras y pronto se convirtió en uno de los proyectos más exitosos en temas de desarrollo comunitario y protección ambiental. Desde la puesta en marcha del movimiento mujeres de algunos países de África han plantado más de 50 millones de árboles. Por esta iniciativa Wangari Maathai recibió el Premio Nobel de la paz en 2004, convirtiéndose en la primea mujer africana en recibir este galardón.

Un cinturón verde consiste en sembrar árboles alrededor de las casas, escuelas, aldeas y en todo núcleo poblacional para que las personas se beneficien de los servicios ambientales que generan los árboles, como la producción de oxígeno, secuestro de carbono, producción de madera, captación de la lluvia, alimentos, entre muchos otros. Con la creación de cinturones verdes se intenta contrarrestar los efectos negativos de la degradación ambiental por los procesos productivos que la especie humana ha intensificado para alcanzar, en un corto plazo, el añorado desarrollo económico. La creación de cinturones verdes es prioritaria en las áreas más densamente pobladas de nuestras ciudades, en donde el concreto y el hierro han desplazado a los elementos naturales, haciendo que sus habitantes tengan una baja calidad de vida sobre todo los grupos más vulnerables, lo anterior sin mencionar otros efectos negativos como el incremento de la temperatura en las zonas urbanas, efecto que se conoce como isla de calor.

Por eso hay que fomentar y proteger a los cinturones verdes e invertir en la creación de muchos más en nuestro entorno inmediato, esto en beneficio de nosotros mismos. Invertir en naturaleza es redituable y es a lo que el movimiento llama “apretarnos los cinturones verdes” (como una analogía de ajustarnos el cinturón de seguridad cuando viajamos en automóvil).

Apretarnos el cinturón verde significa:

  1. Producir alimentos permitiendo la existencia de cinturones verdes.
  2. Debemos proteger nuestra vegetación. Investigaciones recientes han mostrado que nuestros bosques y selvas están desapareciendo de una manera tan acelerada que se estima que para el 2050 habrá menos del 20% en nuestro territorio, una tendencia similar se espera a escala mundial.
  3. Reducción. Debemos reducir la cantidad desechos. Perdemos el 30% de los alimentos que se producen en el mundo. Estamos hablando de alimentos que pueden eliminar la hambruna en el mundo. Se debe cambiar la forma de manufacturar los alimentos. Hacer un cambio al enfoque de reciclado.
  4. La restauración de nuestros ecosistemas es parte esencial para lograr un futuro más sustentable. Se deben promover proyectos de gran envergadura para sembrar millones de árboles, con una idea de descarbonizar el mundo.

Los que vivimos en Veracruz, sobre todo en ciudades de las regiones centro y montaña, tenemos la fortuna aún contar con cinturones verdes. Los árboles son elementos que dominan nuestras colonias, pueblos y ciudades y debemos esforzarnos en conservarlos. La imagen que aparece en el slider de este artículo es típica de ciudades veracruzanas como Xalapa, Orizaba o Coatepec. Aunque hay serias amenazas a nuestros cinturones verdes, estamos a tiempo de mantener los que aún conservamos y tratar de fomentar la creación de muchos más. Sembrar un árbol en nuestro patio, privada, calle, avenida, centros comerciales o parque es contribuir con nuestro granito de arena al movimiento y es también asegurar que nuestros hijos y los hijos de sus hijos puedan también disfrutar de los múltiples beneficios que nos ofrecen los Cinturones Verdes.

Debemos concientizar a nuestras autoridades que por el mal manejo de poda o la eliminación de árboles por el pretexto de cuidar la infraestructura de comunicación o de energía o por reducir el riesgo de accidentes por la caída de un árbol es una política errónea; lo que necesitamos es contar con más árboles, preferentemente de especies nativas, para incrementar los cinturones verdes en las ciudades. Por fortuna, en Veracruz, y en otros estados del país, hay grupos de expertos en el buen manejo del arbolado urbano que podrían asesorar a los tomadores de decisiones en el diseño e implementación de programas de manejo de árboles. Para el caso de Veracruz, en el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero del Instituto de Ecología, A. C. hay un grupo de especialistas en el tema que ofrecen este tipo de asesorías y hasta cursos de capacitación.

Por lo anterior, los invitamos apreciables lectores a que nos sumemos a este movimiento, nos apretemos el cinturón verde y protejamos a nuestros árboles y, si está en nuestras manos, plantemos muchos más.

Para el lector interesado, si desea conocer más sobre el movimiento Cinturones Verdes puede visitar su sitio oficial: http://www.greenbeltmovement.org/

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Toma de DRON por Alexandro Medina Chena)