PRIMATES EN PAISAJES ANTROPIZADOS
Autores: Carmen Galán-Acedo1 y Fabricio Villalobos2
1Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Morelia, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
2Red de Biología Evolutiva, Instituto de Ecología, A.C.
Resumen
La creciente transformación de los paisajes naturales por actividades humanas como la ganadería y la agricultura obliga a los primates a habitar paisajes antropizados, haciéndolos convivir con los humanos. Aunque todavía no sabemos bien qué efectos tiene esta transformación en el hábitat de los primates o qué uso les dan a las distintas áreas modificadas que se generan como cultivos o pastizales, estudios recientes nos dan un poco de luz sobre estas dudas. Por ejemplo, sabemos que los primates usan distintas áreas modificadas para moverse, desplazarse o alimentarse, que prefieren usar aquellas más parecidas a su hábitat original y que su uso depende de las características de cada especie. Sin embargo, el uso de paisajes antropizados también los expone a distintas amenazas, como la muerte por atropello o la mayor exposición a la cacería y a depredadores. Este conocimiento permite identificar las amenazas a las que se enfrentan los primates en paisajes antropizados y ayudar así a la conservación de estas especies tan importantes y carismáticas.
Palabras clave:
Cambio de hábitat, pérdida de especies, conservación
Artículo
No es nuevo que las actividades humanas, principalmente la expansión agrícola, ganadera y urbana de las últimas décadas, han transformado los paisajes naturales en paisajes “antropizados”. En estos paisajes, el hábitat natural es sólo un remanente del original y se encuentra rodeado por áreas modificadas como los cultivos, pastizales o ciudades, que pueden causar la pérdida de especies. El problema con estos paisajes antropizados y su efecto sobre las especies, es especialmente grave en la región tropical del planeta, donde se piensa que ya se han perdido un 41% de las especies en paisajes antropizados. Para sobrevivir en estos paisajes, las especies tienen que usar las diferentes áreas disponibles, como los cultivos o las ciudades. Saber si las especies pueden y cómo hacen para usar estas áreas, incluyendo las amenazas a las que se enfrentan, es de gran importancia para poder frenar la pérdida masiva de especies.
Los primates no humanos son particularmente sensibles a la modificación de su hábitat natural. De hecho, más de la mitad (~66%) de todas las especies de primates del mundo (339 de 513) se encuentran amenazadas, principalmente por la deforestación causada por actividades humanas. Los primates son muy importantes para que los ecosistemas funcionen bien, gracias a su labor como herbívoros, dispersores y depredadores de semillas, consumidores de insectos y depredadores. Por tanto, conservar a estas especies tan carismáticas es de gran importancia. Pero, ¿qué sabemos del efecto de los paisajes antropizados en los primates y cómo hacen estos para sobrevivir en dichos paisajes?
Aunque todavía conocemos muy poco sobre cómo los primates usan los paisajes antropizados, sí sabemos que son capaces de percibir estos paisajes y usar áreas modificadas más allá de su hábitat original. Por ejemplo, sabemos que los primates usan las diferentes áreas modificadas para moverse por el paisaje, descansar, refugiarse de depredadores, o incluso alimentarse de hojas o frutos que pueden encontrar en cultivos. También sabemos que los primates prefieren, obviamente, áreas modificadas más parecidas a su hábitat original. Así, los primates que se desplazan por los árboles usan más cultivos arbóreos o corredores de vegetación, mientras que los primates que se desplazan por el suelo usan más áreas abiertas, o pueblos y ciudades. Sin embargo, no todos los primates son igualmente capaces de habitar paisajes antropizados. Los primates nocturnos, pequeños, estrictamente arbóreos y dependientes de bosque, son los que menos se encuentran en estos paisajes. Es más, parece que las especies que no son capaces de adaptarse a estos paisajes se encuentran más amenazadas de extinción.
El que los primates se encuentren cada vez más en paisajes antropizados conlleva amenazas al exponerlos a humanos y depredadores, aumentando su mortalidad y su riesgo de extinción. Por ejemplo, las carreteras alteran el movimiento de los animales y pueden provocarles la muerte al chocar con vehículos. De hecho, la muerte por atropello es una de las principales causas de mortalidad de individuos en paisajes antropizados. También, la presencia de primates en paisajes antropizados aumenta su exposición a la cacería, dado que en muchas regiones el humano los caza para alimentarse de ellos, venderlos como mascotas, utilizarlos como ornamentación o simplemente por deporte. Otra amenaza a la que se enfrentan los primates es la mayor exposición a depredadores y a animales domésticos como los perros, como ocurre en muchas áreas rurales por donde se mueven libremente. El crecimiento de las ciudades, expandiendo las áreas urbanas, también puede hacer que los primates arbóreos usen cables eléctricos y telefónicos para desplazarse. El alto voltaje de los tendidos eléctricos puede producir quemaduras o shocks nerviosos temporales, que pueden dejar a los individuos inconscientes o producir su muerte inmediata. Para reducir estas amenazas, se han propuesto iniciativas como la creación de estructuras colgantes para facilitar el paso de los animales. También se han hecho estrategias para evitar las electrocuciones, que incluyen el entierro de líneas eléctricas y transformadores, la protección y aislamiento de las líneas de alta tensión con materiales que no dejen pasar la electricidad o aumentar la creación de estructuras colgantes.
Con todo, el continuo aumento de la producción agrícola y ganadera acerca cada vez más a los primates y sus parientes cercanos, los humanos. Encontrar un equilibrio entre el desarrollo humano y la conservación de las especies es uno de los principales retos a los que hoy nos enfrentamos. Adoptar métodos que permitan la coexistencia entre las actividades humanas y las especies podría ser beneficioso para la biodiversidad y, en particular, para los primates. Sin embargo, como vimos, no todas las especies son capaces de habitar paisajes antropizados. Por ello, también se ha propuesto destinar parte de la tierra para usos intensivos de producción y mantener otra parte de la tierra intacta para la conservación. Para saber qué estrategia es la más acertada, es especialmente importante seguir generando conocimiento sobre la habilidad de las especies para usar paisajes antropizados, así como las amenazas particulares a las que se enfrentan.
Pies de figuras:
Figura 1, 3 y 4: Tomadas bajo la licencia creative commons share alike (CC BY-SA 2.0).
Figura 2: Gráfico realizado con datos disponibles de www.iucnredlist.org