Buscando AbEs para la Península de Yucatán
Debora Lithgow, Juan José Von Thaden, Valeria Chávez, Rodolfo Silva
Palabras clave: AbE, costa, adaptación
La “Adaptación Basada en Ecosistemas” o AbE es un enfoque mediante el cual buscamos encontrar medidas que nos permitan mitigar los efectos que el Cambio Climático tiene sobre nuestro bienestar, incluyendo los medios de vida y la economía de nuestras comunidades. Los proyectos costeros que se implementan con este enfoque buscan recuperar los beneficios que nos proporciona la naturaleza o “servicios ecosistémicos”, como la regulación de inundaciones y de la erosión, para así tratar de disminuir sus consecuencias en términos de daños al bienestar humano. Debido a los efectos que tiene el Cambio Climático sobre el aumento en la probabilidad de que ocurran tormentas e inundaciones y de la capacidad limitada pero efectiva de los ecosistemas para hacer frente a estas perturbaciones, las medidas AbE se consideran un mecanismo de adaptación que actualmente es impulsado en todo el mundo.
En México se busca implementar este enfoque, por ejemplo, estamos trabajando en la Península de Yucatán para evaluar la viabilidad de la implementación de medidas AbE enfocadas en reducir los impactos que tienen eventos extremos, como inundaciones y erosiones, en las poblaciones costeras y en los ecosistemas de los que dependen. Dicha implementación requiere de cogeneración de alternativas que consideren conceptos clave como, que en todas las zonas costeras existen peligros como las inundaciones, que la vulnerabilidad de las comunidades costeras se debe a factores tanto naturales como antrópicos, cómo ubicar nuestras construcciones sobre las dunas, y que el costo de la inacción en términos humanos y monetarios es cada vez mayor (Figura 1).
Figura 1. El diseño e implementación de medidas de Adaptación basadas en Ecosistemas (AbE) depende de la integración de conceptos clave como el peligro, el riesgo, la adaptación y la resiliencia tanto de las poblaciones costeras como de los ecosistemas de los que dependen. Créditos: Elaboración propia
El enfoque AbE favorecerá una gestión centrada en recuperar la estructura y capacidad de recuperación (resiliencia) de ecosistemas como las dunas, así como de los beneficios que nos proveen (Figura 2). Así, se espera que, aunque aumente la probabilidad de ocurrencia de un evento como una inundación, las consecuencias en términos de daños puedan mitigarse (adaptación). Esto es apremiante si consideramos que, en nuestro país, el 80% de los desastres naturales se deben a eventos hidrometeorológicos (inundaciones, huracanes, ciclones tropicales, heladas, entre otros; CENAPRED, 2020) y que estos podrían incrementar como efecto del Cambio Climático.
Figura 2. Las dunas costeras son muy valiosas y reconocidas en todo el mundo porque nos protegen de inundaciones y funcionan como reservorio de arena, permitiendo que las playas se recuperen después de una tormenta. Créditos: Debora Lithgow
En este caso, después de realizar el diagnóstico de la zona costera de la Península de Yucatán, encontramos que más de la tercera parte de la vegetación (Figura 3) está en alto o muy alto riesgo de deforestación (INECC, 2018) y que el 10 % de la línea costera tiene una erosión de 50 metros o más. Estos hallazgos son relevantes porque aproximadamente 4 millones de personas viven a menos de 10 kilómetros de la línea de costa y en los últimos 10 años la población incrementó significativamente en los tres estados de la Península, sobresaliendo un incremento poblacional de más del 30 % en Quintana Roo durante la última década. Aunado a lo anterior, de acuerdo con el último Censo de INEGI, la mitad de la población de dicha franja costera está en alguna categoría de pobreza, lo que dificulta la capacidad de las familias para hacer frente a las pérdidas derivadas de dichos eventos y resalta la necesidad de recuperar los servicios de protección costera.
Además, recuperar la protección costera es relevante para la economía del país y de la región porque las principales actividades económicas de la península están ligadas al turismo de sol y arena, el comercio al por menor, al servicio de alojamiento temporal y de preparación de alimentos, que frecuentemente están ubicados a la orilla del mar. Esto vuelve prioritario identificar qué medidas AbE pueden ayudar a incrementar la resiliencia de las comunidades costeras y los ecosistemas que aquí se encuentran. Actualmente, trabajamos en proponer soluciones con un enfoque AbE para atender algunos de los retos que identificamos y en diseñar un plan para favorecer su implementación.
Portada. Infraestructura turística costera en Quintana Roo. Fotografía: Debora Lithgow
Agradecimientos
El proyecto Infraestructura verde como una estrategia AbE en la Península de Yucatán es financiado por “The David and Lucile Packard Foundation”.
Referencias
CENAPRED, 2020. Impacto Socioeconómico de los Principales Desastres Ocurridos en México en el año 2020. https://www.cenapred.unam.mx/es/Publicaciones/archivos/482-IMPACTO_SOCIOECONOMICO_2020.PDF
Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, INECC; CGMCC, (2018), Economía Sectorial, Ambiental y de Recursos Naturales, Índice de Presión Económica de la Deforestación (IRDef), 2014-2017.